Señor director:

Me parece una falta de criterio que en pleno siglo XXI, y con todos los avances en materias ambientales, se sigan otorgando permisos de urbanización cuyo único fin es maximizar el metro cuadrado de casas en desmedro de plazas y, aún más grave, en desmedro de un patrimonio natural y cultural reconocidamente en peligro, como es el bosque esclerófilo de Chile central.

Sólo por nombrar algunas comunas, en Lo Barnechea y Las Condes se puede ver cómo arrasan con frondosos bosques emplazados en conos de deyección y laderas. Centenarios quillayes y otras especies nativas son cortadas para dar paso a cemento y más cemento. Es paradójico que mientras se habla de programas de arborización, descontaminación y/o necesidad de parques urbanos, las inmobiliarias destruyan áreas verdes ya constituidas y totalmente autosuficientes.

Virginia McRostie Bustamante
Arqueóloga