Tras el anuncio de un nuevo disco de estudio y una gira mundial para este año, vino el balde de agua fría para los fanáticos de Black Sabbath: al guitarrista Tony Iommi se le diagnosticó un cáncer linfático. Los médicos que tratan al músico confirmaron el diagnóstico de "etapas tempranas de un linfoma".
Los problemas de salud del fundador del grupo obligaron al resto de la banda a trasladarse a Londres, para seguir con el trabajo que realizaban para grabar su primer álbum desde 1978, y aún no está claro si el nuevo escenario afectará los planes para la esperada reunión de la banda, que pretende dar su primer show de reunión el 18 de mayo, en Moscú.
"Iommi está colaborando con los doctores para establecer el mejor plan de tratamiento. Se mantiene de buen ánimo", dijo un comunicado publicado en la web.