SABEN que tienen más adeptos. También saben que de esos nuevos, la mayoría son mujeres. Y las tienen detectadas. Les gusta Isabel Allende, Danielle Steel y Barbara Wood (Bibliometro). Además, ya han cuantificado qué tanto ha subido la demanda por préstamo de libros: 30% desde 2008. Por estos días los encargados de las diferentes bibliotecas -en casi todos sus formatos, café literario, tradicional, etc.-andan de sonrisa instalada.

Ahora, para entender esa felicidad sirve saber que la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, entre 2008 y 2012 superó el préstamo de medio millón de ejemplares anuales. Bastante buena cifra para un país que declara masivamente (70%, Centro de Microdatos de la U. de Chile 2011) que no se considera lector... Por eso la sonrisa.

Son los famosos tiempos modernos, dice Angela Salazar, coordinadora del programa Bibliometro. "La gente está aprovechando los tiempos de traslado para leer", explica la encargada del sistema que está en diferentes estaciones de metro. Sabe de lo que habla: más de 25 mil usuarios se registraron el año pasado en esa biblioteca, alcanzando un récord de 506 mil 474 préstamos, 42 veces más que su primer año, en 1996, cuando sólo se contabilizaron 12 mil.

Pero dentro de esos 25 mil usuarios no está Renzo Luppichini (56). El prefiere sentarse en un sillón, y no en un asiento de metro, a leer novelas policiales prestadas durante un par de horas. Claro que para eso, no le gusta su casa. La tranquilidad para leer la busca todos los días, después del trabajo, en el Café Literario de la Plaza Bustamante, Providencia. "Te sientas aquí y comienzas a leer nomás", explica mirando al resto de los aficionados, como él, a los libros de bibliotecas: "Si tuviera que comprar libros, sería un pésimo lector".

Renzo tampoco ha ido hasta la Biblioteca de Santiago (Matucana 151), la más visitada del país. El es fiel a la de Providencia. Pero hasta Matucana llegan entre dos mil y tres mil personas diariamente. El éxito, de acuerdo a su directora, Marcela Valdés, tiene que ver con un mayor interés del público, pero también porque al préstamo han unido una serie de actividades: exposiciones y diferentes talleres. Y el último invento invernal: cada vez que usted pide un libro y esté lloviendo, le pasan un paraguas (prestado, claro) para que a su casa llegue usted y el libro secos. "La ida a la biblioteca se está validando como un panorama más", afirma Valdés.

De Isabel Allende a Julio Cortáza

Ya está dicho que Isabel Allende, Barbara Wood y Danielle Steel son éxito seguro. Lo que no estaba dicho es que en ese grupo también entran Stephen King, Hernán Rivera Letelier, Paulo Coelho, Roberto Ampuero y Arthur Conan Doyle con su saga de Sherlock Holmes, según midió Bibliometro en 2012. Y en La Biblioteca de Santiago, la lista, además de Allende, Bolaño, King y Rivera Letelier, la componen Gabriel García Márquez, Chopra Deepak, Dan Brown, Hiroya Oku y Julio Cortázar. Aquí el libro más leído del año pasado fue El túnel, de Ernesto Sabato.

Estas, claramente, son las preferencias del segmento adulto -y más masivo- de las bibliotecas: los datos revelan que los usuarios, principalmente, son mujeres desde 25 a 45 años. Así que, puestos a diferenciar entre qué le gusta a quién, las mujeres se quedan con novelas como El jardín olvidado, de Kate Morton, y los hombres prefieren libros de historia o espionaje como El invierno del mundo, de Ken Follet, según el encargado de Biblioteca Vitalibro de Vitacura. Los adolescentes, en tanto, se acercan al mostrador pidiendo sagas como Harry Potter, Crepúsculo y El señor de los anillos.

De la casa al café literario

Puede ser por real interés, pero pareciera que leer fuera de la casa se ha puesto de moda o, al menos, se "ve bien". No hay ni cifras ni estudios que lo avalen, pero una de las características de los ya famosos hipster es, justamente, instalarse de libro en mano y café en la otra, en los locales tipo Starbucks.

No de la misma manera, pero del total de las personas que leen en Chile, el 44% lo hace fuera de su casa, según cifras del Centro de microdatos de la Universidad de Chile. Y también lo hace Juan Pablo Villalobos (22). El estudiante de Sicología es un incondicional de las bibliotecas y de los autores norteamericanos como David Foster Wallace, a quien va a buscar al Café Literario de Bustamante: "Los libros que me gustan, habitualmente, son más caros; aquí son casi gratis" (la membresía anual es de $ 8.000 y se pueden pedir cuatro libros mensuales. Estudiantes $ 5.000).

Con Renzo, Juan Pablo y varios más, Providencia suma un aumento de 15% de préstamo de sus libros, en comparación con 2012. De acuerdo a Waldo Carrasco, jefe del sistema de bibliotecas de esa municipalidad, se debe a la fórmula de poner personal de ayuda a los usuarios para optimizar la búsqueda de sus intereses literarios. Y mientras en Vitacura, la municipalidad da cuenta de un aumento del 20% de préstamos, en Valparaíso el director de la Biblioteca Severín, Carlos Carroza, cuenta que esperan para el verano 2014 abrir las "Biblio-playa".

El objetivo de todas estas bibliotecas es aprovechar esta tendencia de leer más que están notando en la gente. Y si bien, a ciencia cierta, aún no saben a qué responde este aumento del interés, los porcentajes a favor los hacen sospechar que tiene que ver con una mejora de los servicios de cada institución.