Desde hace casi 20 años que Verónica Monroy forma parte del Hogar de Cristo, y desde hace tres que está a cargo de la dirección social de esta institución, que se prepara para celebrar sus 70 años de funcionamiento como una de las organizaciones más relevantes del país en la problemática de la gente en situación de calle.

Este año, sin embargo, se sumó un actor relevante en este sector: a mediados de febrero, el Ministerio de Desarrollo Social lanzó la primera Política Nacional de Calle, en la cual definió una "estrategia de inclusión" para las personas en esta situación.

"Claro que llegamos tarde a mirar este problema como país", señala Monroy al respecto. Sin embargo, ve con optimismo que el Estado asuma un rol participativo en esta problemática. "Lo que nos tiene que pasar es que avancemos. Todavía tenemos muchas cegueras como país, especialmente en grupos que requieren mayor atención o precisión, como por ejemplo, las personas con discapacidad mental. En Chile, tener una discapacidad mental y ser pobre es estar en la indefensión máxima", señala.

¿Tardó mucho el Estado en enfrentar esta problemática?

Claro que llegamos tarde. Creo que es parte del desarrollo, supongo. No quiero referirme sólo al Estado, sino que a la sociedad en su conjunto, porque tampoco la pobreza en general ni la situación de calle es sólo responsabilidad de la sociedad civil. Eso sería una ceguera, entonces sí, tal vez el Estado ha sido ciego, pero nosotros también hemos sido ciegos como sociedad.

¿Considera que la sociedad entrega la responsabilidad de la gente en situación de calle al Hogar de Cristo?

La pobreza no es responsabilidad del Hogar de Cristo; nosotros lo que queremos ser es un eslabón de solución, pero esto no exime a la sociedad de responsabilidad, ni por supuesto tampoco al Estado.

En 2011, el Ministerio de Desarrollo Social realizó un catastro para medir la cantidad de personas en situación de calle. Ese resultado arrojó 12.200 personas. ¿Es una situación abordable?

Es una cifra que podría ser abordable, pero requiere de una intervención sumamente integral y yo creo que eso es lo que a la fecha no hemos tenido. Hoy se acaba de anunciar una política de calle, que esperamos que sea el primer paso que consolida el compromiso del Estado de Chile, más allá de los gobiernos de turno, respecto de esta problemática.

¿Cuál ha sido el recorrido en la elaboración de esta política para trabajar en esta mirada integral?

Partió con un trabajo de hace unos años, con el tema de la noche digna, de los albergues, que es una mirada de absoluta emergencia. Este año se sumaron dispositivos mucho más interesantes, que tienen esta mirada de integralidad, en el sentido de soportes psicosociales que tienen que ver con el apoyo para el empleo y vinculación a redes. Hay que entender que no todas las personas de calle tienen el mismo problema. Hoy hay una mirada de esta problemática bastante bien encaminada desde esa perspectiva.

Las cifras que actualmente se consideran corresponden a una medición de hace tres años. ¿Es necesario actualizar los datos?

La verdad es que necesitamos tener cifras más finas. Ciertamente, esta es una realidad que, mientras no la abordemos, es difícil que la podamos cuantificar (...). Lo que queremos es que haya una medición mucho más sistemática en el tiempo y que esto sea parte de las mediciones habituales que haga el Estado para enfrentar estar realidad.