En 1993, tres jóvenes fueron condenados por el asesinato de tres niños de ocho años en el sureño estado de Arkansas, Estados Unidos. Damien Echols, Jason Baldwin y Jessie Misskelley fueron calificados como sospechosos, ya que, supuestamente, sus perfiles encajaban con la práctica de ritos satánicos que rodeaban al crimen. Los jóvenes se declararon inocentes de los cargos, pero la justicia los encontró culpables. Incluso, Echols fue condenado a muerte.

Sin embargo, la investigación comenzó a ser ampliamente cuestionada a raíz de un presunto abuso policial para lograr obtener las confesiones y numerosos errores de parte de los detectives a cargo del caso. De esta forma, el tema de los "Tres de West Memphis" -como se conoce a los acusados, debido al nombre de la ciudad donde se cometieron los crímenes- fue objeto de análisis y fuente para muchos especiales de televisión, incluida una serie de tres premiados documentales de la cadena norteamericana HBO, llamados Paradise Lost.

El último de ellos, Paradise Lost 3: Purgatory fue nominado al Oscar como Mejor Documental en la última entrega de los premios y era uno de los favoritos para ganarlo. Pero aunque los directores Joe Berlinger y Bruce Sinofsky no lograron el premio, los documentales generaron un amplio debate sobre el sistema judicial norteamericano y fueron claves en la liberación de los tres acusados. El documental muestra cómo, tras una audiencia en agosto de 2011 y después de 18 años en la cárcel, los acusados quedan libres tras un acuerdo con el estado. Los imputados se acogieron a una maniobra legal conocida como la "declaración Alford", en la que el acusado mantiene su declaración de inocencia pero, al mismo tiempo, admite que el estado tiene evidencia suficiente para condenarlo, por lo que se les otorga la libertad a raíz del tiempo que ya han pasado en prisión. Mientras Echols esperaba su ejecución, Baldwin y Misskelley cumplían cadenas perpetuas.

Los filmes de HBO Paradise Lost: The child murders at Robin Hood Hills (1996) y Paradise Lost 2: Revelations (2000) generaron dudas sobre la culpabilidad de los "Tres de West Memphis". El resultado fue un amplio movimiento social que buscaba la liberación de los hombres. Celebridades como el actor Johnny Depp, los músicos Henry Rollins y Eddie Vedder, de Pearl Jam, y Natalie Maines, de las Dixie Chicks, solicitaron un nuevo juicio para los condenados. Incluso, grupos organizados que pedían la liberación de los hombres lograron reunir fondos para que un grupo de investigadores de primer nivel analizara las evidencias de ADN. El grupo señaló que no había conexión alguna entre el ADN de los jóvenes con el de las evidencias encontradas en el lugar de los crímenes.

Después de haber rechazado por más de una década las apelaciones de los acusados, la Corte Suprema de Arkansas decidió reabrir todo el caso en diciembre de 2011, pero los "Tres de West Memphis" prefirieron aceptar el acuerdo con el estado. Incluso, con la nueva evidencia, el padrastro de uno de los niños fallecidos y la madre de otro de los menores pidieron la apertura de un nuevo juicio y pusieron en duda la culpabilidad de los tres acusados. Sin embargo, los padres del tercer niño siguen creyendo que ellos son culpables e, incluso, pidieron a la Academia que sacara de la nominación a Paradise Lost 3, porque era una apología a los "Tres de West Memphis". El domingo, día en que se llevó a cabo la premiación, Jason Baldwin, uno de los condenados, acudió a la ceremonia junto a Joe Berlinger y Bruce Sinofsky, directores del documental . "Cada día me levanto y doy gracias a la comunidad que unió esfuerzos", dijo Baldwin a CNN. Bruce Sinofsky declaró a La Tercera que la realización de los documentales le ayudó a darse cuenta de las carencias del sistema judicial de EE.UU.