"Sí, yo le disparé. Pero yo la quería, te lo juro". Con esa frase, Consuelo (Paola Volpato) reconoció por primera vez que ella mató a "Elisa". Fue uno de los momentos clave del último capítulo, que se exhibió anoche y que promedió 51 puntos de rating online y 57 de peak. La confesión de la "villana" fue frente a Raimundo, que la miraba con odio y la desafiaba a que lo matara. Después, quedó su huida frustrada, donde toda la policía la persiguió por la viña familiar y el comisario Rivas (Rudolphy) le disparó en la pierna antes de apresarla. El peak del capítulo no llegó en los momentos de las balaceras, sino en el minuto final, cuando Rivas emprende un nuevo caso y aparece la palabra "fin" en pantalla.

Claro que no todo lo que se grabó para el episodio apareció al aire. Una escena que no se vio fue cuando Nicolás (Andrés Velasco) va a visitar a Consuelo en prisión y le lleva cigarrillos. Ella no recibe bien su presencia y le lanza su regalo en la cara.

Donde no hubo metraje que desperdiciar fue en las escenas de acción. Esos pasajes se registraron en una viña en Los Andes. "Fueron complejas, se hicieron en dos días distintos. Uno, con un calor infernal, en el que estuvimos muchas horas encerrados en las bodegas", cuenta Volpato, que recuerda que "eran escenas fuertes emocionalmente y requerían de efectos especiales, entonces había que repetirlas muchas veces". En ese sentido, Alejandra Fosalba (detective Portugal) cuenta que el esfuerzo del equipo fue por hacerlo lo más rápido posible: "No podías estar repitiendo mil veces con esa carga emocional". Volpato asegura que su fórmula para grabar la secuencia fue funcionar con "piloto automático": "Ya no pensaba, trataba de resolver actoralmente, pero el cansancio y la angustia eran de verdad". Las tomas de la persecución policial, en cambio, fueron "más relajadas", cuenta Volpato. Mientras que Fosalba agrega que la dificultad pasó por la coordinación de los detectives extra que participaban en la acción.

Otro problema fue que las escenas tenían que ser grabadas con luz de día y, por eso, casi todo se hizo a presión. "Toda la secuencia de la persecución se grabó en muy pocos minutos, casi a tiempo real", dice Volpato. Claro que no todo fue tensión. "Almorzamos todos juntos y nos reímos mucho, compartimos, era como salir a la realidad de la ficción", añade Paulette Sève (Florencia). Y Volpato cuenta que tomó muchas fotos a lo largo de la producción, las que una vez terminadas las grabaciones sirvieron para un "power point muy divertido, con todas las tallas, los amores imposibles y las preguntas sin respuesta de Elisa. Después de tanta angustia era importante reírnos".

Ayer, parte del elenco se reunió a ver el último episodio en el auditorio de la señal estatal. Claro que hubo notables ausentes: ni Alvaro Rudolphy ni Sigrid Alegría estuvieron presentes. Este fin de semana se repetirá el capítulo, mientras que Conde Vrolok se emitirá a las 22 horas desde hoy.