Estudios ya habían indicado que las dificultades para dormir pueden acarrear efectos sicológicos -estrés o ansiedad-, pero una nueva investigación de la U. de Washington (EE.UU.) reveló que dormir mal puede generar también problemas a largo plazo en la memoria, incluso, ser un predictor del Alzheimer.

Para llegar a esta conclusión, los expertos monitorearon durante dos semanas los patrones de sueño de 100 personas de entre 45 y 80 años que no mostraban signos de demencia. Los resultados mostraron que el 25% de los voluntarios tenía evidencia de acumulación en el cerebro de placas de beta-amiloide, proteína que al acumularse se considera el principal indicador de la aparición de Alzheimer. Según el estudio, quienes tenían mayores acumulaciones eran justamente los voluntarios que peor dormían y se despertaban más durante la noche.

Los investigadores indican que las personas que despertaron más de cinco veces durante la noche (pequeñas interrupciones para taparse, acomodarse, etc.), tenían más posibilidades de desarrollar beta-amiloide en comparación con quienes no se despertaban tanto. Concluyeron que quienes habían dormido menos del 85% durante la noche eran más propensos a tener este marcador del Alzheimer.

"El sueño interrumpido parece estar asociado con la acumulación de placas de beta-amiloide, un signo característico del Alzheimer, en los cerebros de personas que no presentan problemas de memoria", dijo Yo-El Ju, líder del estudio.