Malas noticias recibieron ayer los exportadores y productores de uva de mesa local. Tras semanas de análisis, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos decidió no extender el plazo para el ingreso de uva de mesa sin pepas proveniente desde Chile, cuyo límite es el 10 de abril. Después de esa fecha comienza a regir el "marketing order", que eleva las exigencias y hace más compleja la entrada de la fruta a ese mercado.
Tras el terremoto del 27 de febrero, los procesos de cosechas se vieron dificultados en Chile y el gobierno solicitó a EEUU aplazar hasta el 20 de abril la aplicación del marketing order, considerando que los envíos se demoran entre 10 y 14 días en llegar. Pero el país del Norte, pese a la mediación de algunos congresistas, no aceptó la petición.
El presidente de Fedefruta, Rodrigo Echeverría, explicó que la decisión de EEUU, "afecta al 10% de la uva sin pepas que se envía a ese país, es decir, entre cinco millones y seis millones de cajas que estaban en proceso de exportación". Añadió que la determinación del país del Norte obligará a los exportadores a redireccionar sus envíos hacia otros mercados, lo que tendrá un impacto en el precio.
Durante la temporada anterior, el 55% de la uva sin pepas que se exportó fue hacia Estados Unidos.
En Asoex estimaron que las pérdidas para el sector, tras la decisión de EEUU, se acercarían a US$ 200 millones. Mientras que en Fedefruta calculan que la merma fluctuaría entre US$ 15 millones y US$ 20 millones".
Propuesta alternativa
Frente a este escenario, el ministro de Agricultura, José Antonio Galilea, lamentó la decisión del gobierno norteamericano: "Esto no es un noticia positiva para el sector", señaló. No obstante, precisó que EEUU ya realizó una propuesta que "puede resultar interesante y eventualmente convertirse en una oportunidad". La nueva alternativa se analizaría hoy.
Fuentes de la industria dicen que la propuesta haría referencia a flexibilizar la norma U.S. N. 1, que se aplica a la fruta que ingresa a EEUU a partir del 10 de abril.
En Fedefruta detallan que no son muchos los productores que se arriesgan a internar sus productos después de esa fecha, porque si la fruta es rechazada en Estados Unidos, es muy difícil redestinarla a otro mercado.