El 6 de agosto de 2014, el Presidente egipcio, Abdelfatah Al Sisi, realizó un sorpresivo anuncio: la construcción de una vía paralela al Canal de Suez, como un "regalo de Egipto al mundo". Hoy, un año más tarde y en una construcción maratónica ordenada por el gobierno, El Cairo inaugurará la mega obra, que tuvo un costo aproximado de US$ 8.500 millones. Con una doble vía que permitirá que dos barcos de gran tamaño circulen al mismo tiempo, se acelerará el tránsito y se reducirán los tiempos de viaje entre Asia y Europa a 11 horas, siete menos que en el pasado.

La expansión añade un carril extra de 37 kilómetros al antiguo canal. Además, se profundizaron y ensancharon 35 kilómetros. Según la Autoridad del Canal de Suez, para 2023 se estima que unos 97 navíos atraviesen a diario el lugar, frente a los 49 actuales.

El renovado canal es visto como el símbolo de un nuevo comienzo en Egipto y se espera que le de un impulso económico al país, en crisis permanente luego de la Primavera Arabe en 2011, cuando el entonces Presidente Hosni Mubarak fue derrocado luego de tres décadas de mandato. Parte importante de los egipcios están confiados que esta apuesta podría ayudar a combatir la alta tasa de desempleo, la que alcanza un 12,8%, y que reforzará la moneda local, afectada por la falta de turismo y la fuga de inversores extranjeros luego de años de agitación política. De hecho, el nuevo canal es la pieza central de Al Sisi para revitalizar la economía.

Para completar el proyecto en tan sólo un año -ya que se pretendía que se hiciera en tres, pero por órdenes de Al Sisi el tiempo se redujo-, se necesitaron seis firmas internacionales, con compañías de Estados Unidos, Bélgica y Holanda. Con más de 1.100 personas en la obra, los trabajos se llevaron a cabo durante las 24 horas del día. En un "acto patriótico", gran parte de los ciudadanos respondió al llamado del gobierno a ayudar con en el financiamiento a través de la compra de acciones; en sólo ocho días se recaudaron US$ 6.500 millones.

El Canal de Suez, de 193 kilómetros y considerado el más largo del mundo, conecta el Mar Mediterráneo con el Mar Rojo, siendo la ruta más corta hacia el Océano Indico. Ubicado en la región del Sinaí, fue inaugurado en noviembre de 1869, tras una década de construcción. En 1956 el Presidente Gamal Abdel Nasser nacionalizó el canal administrado hasta entonces por Reino Unido y Francia.

Actualmente el canal maneja un 7,5% del comercio mundial por vía marítima y también posee una importancia estratégica ya que se encuentra dentro de la ruta del petróleo, cerca de los países del Golfo Pérsico, principales exportadores de crudo. El canal es una de las principales fuentes de ingreso de Egipto y genera US$ 5.000 millones anuales. Se espera que la nueva expansión logre para 2023 US$ 13 mil millones, algo que muchos creen imposible.

El ambicioso proyecto se une a la lista de grandes construcciones históricas a manos de los egipcios, como las Pirámides de Giza o la represa de Asuán (1959 y 1970).

Para la inauguración de hoy las autoridades han desplegado a 220 mil policías y soldados, y se espera la presencia de decenas de jefes de Estado, reyes, príncipes y al mandatario francés, Francois Hollande.

También, el "nuevo" canal coincide con el anuncio que hizo el Presidente egipcio en marzo, sobre la construcción de una nueva capital 30 kilómetros al este de El Cairo. Su costo sería de US$ 40 mil millones y su tamaño siete veces Manhattan. La "Nueva Cairo", tendría 100 barrios y un aeropuerto internacional. También hay planes de construir el primer edificio de 200 metros en forma de pirámide y la primera central nuclear del país, con el apoyo de Rusia.