Nacieron entre 1982 y 1994, tienen entre 18 y 30 años, corresponden al 21% de la población total del país (3.686.426) y, a diferencia de sus padres a esa misma edad, no piensan en el matrimonio ni en la casa propia: el 87% se declara soltero y sólo el 24% de los hombres ahorra para una vivienda.
La última Encuesta de Caracterización Socioeconómica (Casen) -analizada para La Tercera por el CEC de la U. Andrés Bello- muestra cómo es la generación sub 30, donde, además, el 66% vive en calidad de "hijo" del jefe de hogar -es decir, con sus padres-, entre el 7%y 9% convive con su pareja y apenas el 3% a 5% está casado.
Marco Miranda (28, entrenador de tenis) vive solo y aunque reconoce que el matrimonio es una opción para él, no dentro de un futuro cercano. Sus padres se casaron cerca de los 20 y son quienes más le piden explicaciones. "Me lo dicen a cada rato, que quieren un nieto y que a mi edad estaban todos mis hermanos". No se trata de temor al matrimonio. Simplemente, disfruta estar soltero. De hecho, los datos dicen que la mayoría vivió hasta los 15 años con ambos padres (74% hombres y 71% mujeres), por lo que el divorcio no es una explicación a su resistencia a casarse.
Paulo Muñoz (29, diseñador) lleva ocho años pololeando y el próximo año se casará. Por ahora disfruta vivir con sus padres. "Mis viejos entienden cómo está ahora la juventud, ellos saben que llevo ocho años pololeando y que me iré pronto, espero tener todo listo e irme. Estoy aprovechando de estar con mis viejos", dice.
No a horas extras
Como la mayoría vive aún con sus padres, un alto porcentaje sigue estudiando y nunca ha trabajado (77% hombres y 71% mujer). Lo que no implica que dejen de consumir. Datos de Chilescopio 2012 dice que se trata de un grupo que acostumbra a premiarse comprándose algo (65%) y que le gusta probar productos nuevos (69%).
Entre los que sí trabajan también hay cambios: quieren destacar, se esfuerzan por ello, pero no a costa de su tiempo libre. Astrid Fariña (26, relacionadora pública) dice que antes de hacer planes personales, es necesario lograr estabilidad laboral y económica. Al salir de pregrado siempre tuvo en mente hacer un posgrado. "Yo quiero distinguirme entre mis colegas", dice.
La relevancia del trabajo implica, eso sí, poner más límites que las generaciones anteriores. De hecho, más de la mitad no está dispuesto a trabajar horas extras a la semana (52% hombres y 53% mujeres). Mónica Silva (30) dice que desde niña vio cómo su papá -un contador- nunca tenía vacaciones. "Y aunque eso le permitió tener una buena situación económica, yo no estoy dispuesta a trabajar así. Veo el trabajo con distancia, me comprometo al 100%, pero con límites. Me llena más viajar, leer o estar con mis amigos".
Poco ahorrativos
Como valoran su tiempo libre y el consumo, el ahorro no es parte de su vida. Tampoco ven como prioritario tener casa propia: el sueño de sus padres. Sólo el 24% de los hombres ahorra para ello. Las mujeres son las únicas que muestran más preocupación por ello y su independencia económica les permite iniciar el ahorro en solitario: el 52% lo hace. "Yo opté por tener mi departamento, pero mis amigos prefieren gastarse la plata en viajes o en tecnología más que invertir en un bien raíz. Toda mi generación de la universidad anda viajando por Europa, y no es que sean millonarios, pero tienen otras prioridades", asegura Mónica.
Juan Carlos Oyanedel, director del Centro de Estudios Cualitativos de la Unab, dice que el tema de la casa propia no ha perdido relevancia, pero es una decisión postergada igual que el matrimonio. "Hay un elemento claro que es la consolidación de la ciudad. Antes la gente se compraba auto antes que casa, porque vivían alejados de los centros de trabajo. Ahora ellos no se compran nada, ni casa ni auto", dice. Y cuando quieren hacerlo, no lo hacen necesariamente porque han ahorrado. "No existe una conducta de ahorro y a la hora de considerar comprar una vivienda lo habitual es que se endeuden. Lo que no ocurría, por ejemplo,con sus padres, donde estaba instalada la idea que desde iniciada la vida laboral se comenzaban los ahorros para una casa", dice.
Insatisfechos
Camila Mella, socióloga del CEC, dice que esa generación de alguna manera "prolonga la juventud y sólo toma las externalidades positivas de la adultez". Pero eso ¿los hace más felices? Según Casen, sólo uno de cada cinco se declara completamente satisfecho. "En este momento me siento bien con mi vida, pero no en la sociedad en que vivo. No me gusta la desigualdad, siento que se hace mucho por poco, en especial con mi trabajo, que es mal remunerado", dice Paulo Muñoz.
El 87% de los menores de 30 años está soltero
Datos de la Encuesta Casen 2011 muestran, además, que el 66% aún vive con sus padres.