SON LAS 2 de la tarde de un día jueves en el Hipódromo Chile y el calor no ahuyenta a nadie. Centenares de apostadores, muchos en familia, llegan a la cita, puntuales. Sentados en la gradería una inconfundible voz los recibe: "Señoras y señores bienvenidos, comienza la actividad en el Hipódromo. Queremos que sea una tarde llena de aciertos…", dice sagradamente cada jueves por los parlantes del recinto de Independencia.
Elías Gómez no es exactamente quien enuncia el clásico partieeeeron, pero es autor de una frase no menor para los fanáticos que esperan impacientes el comienzo de la carrera en las graderías: "Y recuerde, ganemos, empatemos o perdamos, igual nomás, vamos a la hípica, siempre hay desquite". Con eso les da ánimo a los que no tengan éxito durante la jornada y vuelvan a apostar.
Elías (64) es también una especie de "maestro de ceremonias", el que presenta a cada ejemplar y su respectivo jinete antes de dar la partida. Además, está ahí para contarles a los fanáticos qué caballo es el que pagará mejor en la competencia. En alguna medida, tanto como esperan a los caballos, el público espera a Elías.
La primera vez que puso un pie en el Hipódromo Chile lo hizo como cajero. Pero no pasó mucho tiempo, hasta que alguien descubrió su voz estereofónica y lo lanzó como locutor. Aunque lleva 41 años proyectando su voz por los altoparlantes, recuerda con humor su tiempo como cajero: "Una vez le escuché mal a un apostador. Su favorito era el 13, pero yo le escuché 3. ¡Y le vendí el 3! El problema fue que cuando ganó el 13, y regresó a empapelarme a garabatos. Me la tuve que comer nomás", recuerda Elías.
Ir al Hipódromo hace 15 años todavía involucraba cierta ceremonia. Pero según cuenta Gómez, ahora todo es más relajado. "Antes los diputados llegaban con corbata a un clásico. Ahora siguen yendo, pero con la camisa desabotonada. Incluso, hay público que va en short".
No sólo llegan hombres, sino niños, jóvenes, mujeres y gente de mayor edad. A Elías le gusta que esto sea un deporte transversal.
Dice que mucho tiene de gratificante estar ahí todos los jueves. "Se me acercan señoras, por ejemplo, a pedirme datos de las carreras, a cuál caballo apostar... Y si ganan, me vienen a dar las gracias, a contarme que con esa plata van a poder pagar sus deudas".
Nada acá en la hípica es azar, para Elías. "Esto no es una tómbola; no es la lotería ni el casino… Acá lo que hay es entrenamiento. Los dueños de cada caballo lo compran con la gran ilusión de ganar una carrera. Yo me fijo en los que se perfeccionan en un período de cinco meses. No aconsejo al ojo", dice.
Elías Gómez quería ser cientista político. Pero hoy vive de la locución. No sólo para animar a los asistentes del Hipódromo, sino que como dice, para conducir "el programa radial más largo del mundo". Cuando esta voz no está en Independencia, está en el Club Hípico, en el Sporting Club de Viña o en cualquier campo ecuestre a cargo de un programa llamado Vamos a la Hípica y que va, en vivo, entre las 14 y 22.30 horas. "Durante esas horas entrevistamos a jinetes, preparadores, etc. Es todos los días y no me aburre en lo absoluto.
El mismo programa tiene una versión en la pantalla hace ocho años, en el Teletrak TV. También lo conduce Elías. "Ahí se concentran todas las miradas santiaguinas que no van a los recintos hípicos".