ALTOS
Imágenes de alto vuelo poético
Así como La delgada línea roja sorprendía por sus lánguidas postales sobre el conflicto bélico de Guadalcanal, la cámara en mano de Malick, operada por el nominado al Oscar Emmanuel Lubezki, se posa y contempla la pureza y estado anímico de los personajes.
Un relato desde las entrañas
Gracias a un montaje abrupto e impredecible, que confunde recuerdos con anhelos y ensoñaciones, la historia puede supeditarse a la experiencia personal de Malick, quien perdió a un hermano durante su infancia, lo que le da a la cinta un piso subjetivo más que atractivo.
Verdadero autor
El director tejano maneja a diestra y siniestra el control de sus proyectos. No por nada filmó casi 600 mil metros de película, los que editó obsesivamente a su gusto durante meses, obviando así cualquier expectativa.
Exploración de los sentidos
Los niños deambulan con libertad el espacio casero, aprovechando que su dictatorial padre no se encuentra. La cámara los observa dichosos, risueños, los sigue en su más intrínseca subjetividad. El árbol de la vida archiva imágenes icónicas del séptimo arte.
Cine lírico y antinarrativa
En modalidad de perpetuos flashbacks, la cinta desafía el intelectodurante todo el metraje, un aspecto propicio en tiempos en que el "cine inteligente" lleva la delantera. La advertencia está hecha: aquí los sueños no tienen metralletas ni las ideas se incrustan.
Absolutamente inclasificable
Si se trata de poner en escena una historia de manera original, El árbol de la vida alcanza la cima de lo auténtico. "A pesar que a veces roce la cursilería, "sus imágenes estarán conmigo mucho tiempo, incluso si no puedo explicarlas", afirmó Lou Lumenick, (New York Post ).
BAJOS
La ambición de Malick
Concebida hace más de 30 años por el realizador, la cinta peca por grandilocuente. "No hay manera de saber exactamente lo que estás viendo", afirmó el crítico del Los Angeles Times, Kenneth Turan.
Oda al new age
Algunos dicen que la ambición del director lo llevó a filmar un relato autoindulgente, algo así como una metáfora esperanzadora para exorcizar un sentimiento de pérdida cual manual de autoayuda.
Adiós a los tres actos
El árbol de la vida arranca las raigambres de la estructura clásica narrativa, reemplazando la fórmula del inicio, desarrollo y final por un relato que se acerca más a la poesía que al cine dramático convencional.
Navegación sin rumbo
"Una composición anárquica de frases perdidas dictadas en off" enjuicia el crítico de El Mundo, Luis Martínez. Un exhaustivo poder de síntesis e intuición se requiere para poder sentarse frente a este experimento visual. Está claro, El árbol de la vida no busca entretener.
Polvo de estrellas
Podría transformarse en un paradigma del cine contemporáneo, sentar las bases cinematográficas por su estética y atrevimiento narrativo. Pero si hay algo por lo que El árbol de la vida no brilla es por sus estrellas: los actores son funcionales a la poesía visual.
Cosmos y evolución
Ajeno a los convencionalismos , Malick utiliza los efectos especiales como absoluto engranaje de la trama (si es que la hay). Desde monumentales imágenes de erupciones solares hasta la mitosis de una célula, la propuesta visual, con todo, puede decepcionar.