Hasta cierto punto, la trayectoria de Smiljan Radic (1965) puede definirse como el intento férreo por combinar en su arquitectura dos elementos que parecen contradictorios: la solidez de materiales rústicos como la piedra, la madera y el cobre, con la fragilidad de una geometría atípica que rompe con el espacio.

Lo viene haciendo desde sus inicios: en 2004, por ejemplo, levantó en el balneario de Papudo la Casa Pite, una "caja" rectangular de madera que parece suspendida sobre un roquerío, y en 2007 construyó el Restaurante Mestizo, un edificio de grandes ventanales, cruzado por vigas de hormigón y sostenido por gigantes piedras de granito, que se convirtió en una de sus obras más elogiadas. Ahí trabajó, como suele hacerlo, con la colaboración de su esposa, la escultora Marcela Correa.

Fue justamente ese carácter primitivo y extravagante de su obra lo que llamó la atención de Julia Peyton-Jones, directora de la Serpentine Gallery de Londres, durante la participación del chileno en la Bienal de Venecia de 2010. "Hemos estado intrigados por su trabajo. Radic es un protagonista clave de la increíble explosión de la arquitectura en Chile", explicó la curadora, tras anunciar la invitación que le hizo a Radic para ser el decimocuarto arquitecto en diseñar el famoso pabellón de verano de la galería.

Sólo tras unos pocos meses de trabajo, Radic presentó ayer a la prensa su proyecto que será inaugurado con público mañana, dando por iniciado la temporada de parques en Londres. Desde 2000, la prestigiosa galería de arte invita cada año a un arquitecto para construir una estructura momentánea que albergará durante las noches de verano actividades culturales como charlas, ciclos de cine, música y muestras de arte.

Radic se une así a una larga lista compuesta sólo por grandes figuras de la escena mundial, donde destacan varios galardonados con el Premio Pritzker, como Toyo Ito, Jean Nouvel, Zaha Hadid, Frank Ghery, Rem Koolhass y Oscar Niemeyer.

Visibilidad mundial

Que la arquitectura de Radic llegue de esta forma a Londres, es sin duda el reflejo de su consolidación internacional como uno de los arquitectos locales más reputados. "La comisión de la Serpentine te permite trabajar con los mejores estándares posibles. Es una gran oportunidad donde el programa de arquitectura es sólo una excusa para pensar en arquitectura", señala el arquitecto a La Tercera.

La estructura diseñada por Radic hace gala del estilo que lo ha hecho conocido: como base usó enormes piedras y sobre ellas suspendió una especie de membrana circular hecha de una fibra de vidrio transparente que se ilumina de noche. Con 514 metros cuadrados el pabellón de Radic espera albergar unas 200 mil personas entre junio y octubre, similar de público atraído el año pasado por el pabellón de Sou Fujimoto. La construcción estuvo a cargo de la productora Stage One y la empresa de ingeniería Aecom, mientras que Radic supervisaba el proyecto. "Viajé varias veces sólo a dirigir y definir los materiales. Trabajamos con piedras llamadas sand stone extraídas de una cantera cercana a Londres y fibra de vidrio bruta como terminación para el volumen", explica el arquitecto, quien para el diseño se inspiró en el viejo boceto de un refugio creado a partir del cuento infantil El gigante egoísta.

La idea es que el público circule dentro del espacio en una atmósfera de aparente inestabilidad. El resultado de la experiencia, en todo caso, está por verse: "Después de haber hecho este trabajo entiendo mejor la sencillez del pabellón de Sanaa y especialmente la señal de la burbuja del pabellón de Koolhass, que me han parecido siempre difíciles de lograr. A mi pabellón aún le falta la apertura al público. Después de eso creo que podré hablar con más propiedad sobre él. Espero que sea una buena historia", concluye.