A oveja, el hombre y el puma no son especies que convivan fácilmente en paz en los campos de la XI Región. Una muestra de esto es el incidente ganadero ocurrido el 23 de octubre en Cochrane, 315 kilómetros al sur de Coyhaique.

Dohne Merino es el nombre de una raza de oveja desarrollada en Sudáfrica y que la Asociación de Ganaderos de Río Baker introdujo hace dos años en esta zona. Su propósito es doble: mejorar la calidad de la lana y, a la vez, de la carne.

"La lana de este borrego, de 17 micras (millonésima parte de un metro), es mucho más delgada que la tradicional y de un alto valor comercial", afirma Gustavo Delgado (33), presidente de la asociación.

Subraya que "mediante créditos y un proyecto del Fondo Regional, trajimos varios embriones Dohne Merino desde Australia. Costaron $ 1,2 millones cada uno y los implantamos en ovejas, para criarlos y convertirlos en reproductores. Como adultos pueden valer $ 4 millones en una feria o exposición".

Dos de estos ovinos, de un año y 45 kilos de peso cada uno, amanecieron muertos el 23 de octubre pasado. Un tercero quedó con heridas en la cabeza y cuello.

Gilberto Chacabo, administrador del predio El Manzano de la asociación, asegura que la responsable fue una puma: "La hemos visto, es una hembra que tuvo cachorros".

Los ganaderos tienen una hipótesis más específica sobre lo ocurrido. Carlos Olivares, presidente del movimiento Voz de la Patagonia, sostiene que los felinos provienen de las tierras de Conservación Patagónica (ex estancia Chacabuco), colindante con El Manzano. Afirma que "esa estancia es una zona de protección de fauna, pero los pumas y zorros han proliferado y, como no tienen comida, atacan nuestro ganado y nadie se hace responsable". Delgado añade que "en un año más, estos borregos (atacados) habrían sido reproductores, pero como nuestros vecinos eliminaron el ganado, los pumas andan hambrientos y nos atacan. Es insostenible".

En el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Cochrane confirman que recibieron dos denuncias de depredación, los días 1 y 24 de octubre. Sin embargo, precisan que "visitamos el terreno y confirmamos el ataque, pero no existe un patrón ni evidencia que permitan determinar la especie responsable con certeza".

Patricio Ulloa, alcalde de Cochrane, plantea que "es cierto que hay ataques de pumas, pero ellos se mueven en extensiones muy grandes".

En Conservación Patagónica tienen otra opinión. Su director ejecutivo, Hernán Mladinic, sostiene que "los ataques de zorros y pumas han existido siempre y no se deben a la disminución de ganado doméstico de nuestra estancia, como aseguran los ganaderos de la zona".

Agrega que "el conflicto requiere ser manejado, pero la solución no pasa por mantener altas cantidades de ganado o cazar a los depredadores, sino por cambiar la ganadería tradicional hacia técnicas más innovadoras, como la encierra nocturna en galpones o el uso de perros protectores de rebaño".