Suena raro, extraño, diferente, casi un chiste, pero así se llama: frutilla blanca. Pero tiene su pedigrí. Y con la finalidad de mejorarla, en cuanto a su producción y calidad, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia), instalará un centro experimental y de investigación en la comuna de Contulmo, Región del Biobío, que trabajará en alianza con el municipio y los productores de este fruto.

"El objetivo no es aumentar la producción de la frutilla blanca, sino mejorar la calidad de esta planta y el fruto en sí", destaca el alcalde, Diego Ibáñez (PS), añadiendo que "con este centro se busca romper la estacionalidad productiva, ya que la frutilla blanca sólo se da entre noviembre y diciembre". La inversión en el centro de investigación sería de $ 100 millones.

En 2001, Contulmo fue nombrada capital mundial de la frutilla blanca, título concedido por un grupo de franceses de la localidad de Plougastel Daoulas, quienes llegaron especialmente a Chile para estudiar este tipo de fruto, ya que en esa zona del país galo se produce uno similar.

La frutilla blanca, cuyo tono en realidad es una especie de rosado tenue y pálido, tiene un nivel de producción en Chile muy inferior al fresón rojo, que es aquel que todo el mundo identifica como la frutilla verdadera. Este último acapara más del 90 por ciento del mercado. Por lo mismo, la frutilla blanca tiene un costo aproximado de $ 10 mil el kilo.

Sin embargo, la frutilla blanca es considerada como "la madre de las fresas". Así lo señala Marisol Reyes, doctora en ciencias e investigadora del Inia. "En estricto rigor, la roja es una fresa y la blanca es realmente una frutilla, pero, por desconocimiento, el público general no las llama por su nombre correcto", explica.

La experta agrega que "la principal característica del fruto blanco es que es muy aromático y dulce, jamás una frutilla blanca será insípida, como sí lo son algunos fresones".

No obstante, también tiene ciertas desventajas, ya que "como es blanca, las personas piensan que es una frutilla inmadura, que aún no toma su color, y no la consumen. Hasta la botan", cuenta.

El título para Contulmo, en tanto, le fue entregado porque esta comuna, del codo sur de la provincia de Arauco, produce cada año cerca de siete toneladas de frutilla blanca, que son comercializadas dentro y fuera de Chile.

De hecho, la periodista francesa Chloe Batissou, acompañada del investigador chileno Arturo Lavín, recorrió la cordillera de Nahuelbuta y Contulmo, en busca de la historia de esta frutilla, y finalmente escribió el libro "Le roman de la fraise", donde se narra el cultivo de esta especie.