El barrio Italia no sólo es sinónimo de tiendas de diseñadores jóvenes con propuestas originales y lámparas de lágrimas y muebles estilo art decó de los anticuarios de la calle Caupolicán. También hay peluquerías que rescatan lo mejor de los recordados salones de belleza de antaño, pero revitalizados gracias a pequeños detalles de decoración que reafirman su indiscutible vocación por la estética.

La música electrónica es el telón de fondo ideal para un joven estilista que decolora en degradé fucsia el cabello de una clienta. Leonidas Hairdressers se llama esta nueva peluquería que acaba de instalarse en una antigua casona refaccionada de más de 140 m2, en Girardi 1348. El salón es atendido por el joven estilista Gonzalo Navarrete.

"Las dos lámparas de lágrimas que tenemos en la entrada fueron adquiridas en las tiendas del barrio y son el emblema de la peluquería", explica Navarrete, quien recibe a sus clientas con champagne, café y jugos naturales.

Recién inaugurado, sus reservas ya están copadas hasta la próxima semana.

Entre tijeras

Esta sofisticada peluquería de barrio se suma en estilo y atención a la que hace un año existe en Av. Italia 1591. Berlin Salon and Dealers es atendida por su dueño, el argentino Christian Berlin, quien dejó el local que ocupó durante dos años en Av. Vitacura con Francisco de Aguirre y se cambió a este sector. "Elegí la actual ubicación por la atmósfera similar al barrio de Palermo. Hay ambiente y calidad de vida acá", señala.

El transandino define su peluquería como clásica y, a la vez, contemporánea. También reúne antigüedades adquiridas en el barrio y mobiliario diseñado por él mismo.

Estos salones tienen algo en común. Los creadores de Leonidas trabajaron y colaboraron en la instalación de la peluquería Berlin. Antes de independizarse, fueron parte del staff y los encargados de escoger la casona y recorrer el barrio buscando los muebles utilizados en la decoración.

Ambos locales conviven con la genuina peluquería de esa zona y que ya es parte de su identidad. Se trata de Morales, ubicada en Santa Isabel 0299.

Desde hace 56 años es atendida por su dueño, el octogenario Alejandro Morales, en una antigua casa que data de 1920.

El salón conserva el corte tradicional con máquina de mano, tijeras y navaja y atiende sólo a hombres, que en su mayoría son los mismos clientes que tiene desde sus inicios.

Posee los típicos utensilios del oficio de la década del 50, un antiguo espejo y fotografías de actores de antaño con sus mejores looks. Un tubo de luz fluorescente ilumina desvencijados sillones, el piso de baldosas blancas y negras y los artículos de barbería que van quedando en desuso.

Y eso no es todo: juguetes antiguos y un frasco de dulces también destacan en el interior del local. Son para los hijos o nietos de los clientes habituales.