Ocurrió en diciembre de 2009. La Fiscalía Centro Norte llevó a juicio al ex presidente de EFE, Luis Ajenjo y al ex gerente general de la firma, Eduardo Castillo, acusándolos -entre otros cargos- de haber contratado a Patricio de Gregorio -también imputado en la causa- para realizar asesorías supuestamente inexistentes.
La tesis del Ministerio Público apuntaba a que se contrató a De Gregorio para prestar asesorías en la venta de derechos de agua pertenecientes a la empresa, por lo que recibió $ 14 millones, durante octubre de 2005 y junio de 2006. La fiscalía acusó que las asesorías nunca se llevaron a cabo y que, incluso, algunos documentos fueron copiados de internet.
Tras tres semanas de juicio, el Cuarto Tribunal Oral en lo Penal de Penal absolvió a los acusados, validando la existencia de las asesorías, sin pronunciarse por sus contenidos o calidad e indicando que todos los pagos estaban en regla.
De hecho, en la resolución se indicó que De Gregorio realizó una serie de labores en la firma estatal, como haber participado "en la comisión de estudios sobre el tema del tren transpatagónico, para lo cual, por ejemplo, concurrió al Ministerio de Transporte conjuntamente con Jaime Contreras, desvirtuándose de este modo, el hecho negativo que constituye el enunciado fáctico fundamento de la acusación, esto es, pago por 'labores inexistentes'".
Este caso fue reflotado el sábado por el ex ministro Enrique Correa, cuya empresa Imaginacción, ha colaborado con el ex ministro Rodrigo Peñailillo. Respecto a los informes que este último elaboró para la firma AyN -y que hoy indagados por la fiscalía-, Correa indicó, en entrevista a El Mercurio, que "con motivo del caso de Patricio de Gregorio, la Corte Suprema dictaminó que bastaba con presentar un trabajo para justificar un honorario y no corresponde a los tribunales buscar la calidad o no de estos trabajos".
El abogado Hernán Bosselin, quien formó parte del equipo que defendió en esa ocasión a De Gregorio, señaló que su representado "efectivamente había trabajado para la empresa. Eso quedó acreditado en la sentencia definitiva".
El profesional añadió que "un tribunal no puede calificar la calidad del encargo que se hizo, lo importante es si se realizó o no el trabajo. La forma y condición está al margen de una calificación por parte de los tribunales (...). Eso es harina de otro costal".
Bosselin agregó que "si no los tribunales serían una especie de hermano mayor de todo el país".