Lucas Escobar camina por los pasillos de Canal 13 con su madre, Daniela Bolvarán. Se ríen, bromean. El chico conoce bien los rincones de este lugar: lleva cinco años interpretando a Félix Herrera en un estudio escondido. A diferencia del personaje, Lucas no tiene hermanos y va al colegio Mercedes Marín, en Providencia. Vive en el centro con sus padres y pasa mucho tiempo con su mamá, quien es la coach de los niños actores de Los 80.
Lucas ha hecho un personaje con rating. En 2010 logró el peak de 34,6 puntos cuando le pidió pololeo a su vecina Camila. El domingo pasado, también marcó bien en el inicio de la nueva temporada. Pero en el comienzo, Lucas no iba a ser Félix. "Luego de destacar entre 5.000 niños postulantes, lo seleccionamos para el personaje de Bruno. Con el tiempo nos dimos cuenta de que en realidad era perfecto para Félix, que es un personaje medular. Lucas creció con la serie y su personaje tiene una importancia determinante", explica Alberto Gesswein, director de ficción de Canal 13.
Así es la historia según el propio Lucas:
"Mi mamá y mi papá son actores. Mi primer recuerdo actuando con ellos es en la obra El manso premio, que mi mamá dirigía. Era bacán acompañarlos a trabajar y estar en el escenario con permiso. Tenía mis textos, pocos, porque yo era chico. Tenía cinco años. Me acuerdo que los esperaba mientras hacían la función de las 5 de la tarde, en la cafetería del San Ginés, tomando chocolate caliente y viendo tele. Era bacán.
También hice un nanometraje que se llamaba 88 y luego actué en un videoclip del grupo Mestizo. En 2010 actué en el cortometraje Tiro penal y estuve en la obra de Raúl Ruiz Amledi. El mismo año actué en la obra Asfixia. Fue más difícil, porque no estaba actuando con mi familia y los textos eran medio largos. Daba nervio ver el público sentado en la sala, hablar fuerte.
A Los 80 llegué por un casting que promocionaban en la tele. Lo vi mientras miraba monos animados. No sabía de qué se trataba un casting, era mi primera vez, y tampoco sabía si lo estaba haciendo bien. Tuve que vencer los nervios.
Antes de empezar la serie, de la década de los 80 sólo sabía que había sido la época de Pinochet. De ese tiempo, lo que más me llama la atención es que la gente haya tenido que soportar la frialdad del gobierno de turno y la tristeza en que vivían muchos chilenos. Era una política donde no se respetaba a la gente y eso es fome.
También me llaman la atención objetos que he ido conociendo y que ya no se fabrican o son distintos. Se usaban los juegos de ingenio. En la pieza de Félix hay Mampatos, me gusta mirarlos.
Siento que he madurado con la serie. He aprendido cosas nuevas, temas nuevos. Las escenas las preparo con mi mamá, que cacha. Leemos y repetimos la escena hasta que me la aprendo. Mi mamá es mi entrenadora en las grabaciones: ella me pasa las toallas y pone hielo en mis ojos de Rocky Balboa, jaja. Con ella me aprendo los guiones.
Félix es más de calle, va a la plaza con los amigos, está en muchas escenas del barrio o el almacén. Yo estoy más en mi casa, voy al súper con mi mamá y mis amigos son los del colegio, aunque todos vivimos lejos.
Los horarios de grabación se organizan para que yo vaya al colegio y haga la serie. Voy al colegio todo lo que puedo y si falta una materia, me la consigo con mis compañeros.
Yo creo que mis compañeros piensan lo mismo de mí desde que comencé a grabar: que soy desordenado, pero me saco buenas notas. Ellos son simpáticos y un apoyo siempre. Yo soy el mismo compañero de siempre para ellos. Y eso es bacán. Me felicitan.
Me gusta cuando me reconocen en la calle, porque sé que la gente aprecia el trabajo que hacemos y lo disfruta. Me dicen que actúo bien, me piden una foto. Yo no conocía la canción El tiempo en las bastillas y me pasa a veces que la gente me ve y se pone a cantarla… parece broma.
He dado autógrafos. Al principio, dije que iba a cobrar y cuando la gente se me acercaba me decía que no tenían plata. Yo les decía que filo, así que terminé haciéndolo gratis. Es una anécdota a estas alturas.
Salió en la prensa que yo pedí que se cambiara el guión para que Félix no le diera un beso a Camila. Pero yo nunca dije eso. La escena del casi beso con Camila siempre fue así en el guión. Me preparé para esa desilusión amorosa igual que en todas las escenas. Concentrado, buscando un poco en la rabia y en la pena del mismo momento.
Mis hobbies son dibujar, escuchar música y leer. En el verano hago parkour, pero no tengo mucho tiempo. Me gusta el rock y el pop. Me gusta mucho Michael Jackson. En mi tiempo libre, veo un rato dibujos animados, veo películas, salgo a jugar a la pelota. Mi equipo preferido es la 'U'. Con mis amigos juego con consolas portátiles, si es que alguien lleva una al colegio.
Todavía tengo mi Nintendo 64 y está en muy buen estado. Le compro juegos, tengo mis caseros en el 'Bío'. Tuve un Playstation. Se lo robaron y no me compré otro. Filo.
Cuando termine de grabar la serie voy a esperar unas dos semanas, por si hay que repetir una escena, y me voy a rapar al cero. No soporto más este pelo.
Ya no quiero ser actor cuando grande. Quiero ser animador digital".