1 El territorio como biografía. Fatih Akin (37) nació y se crió en Alemania, pero sus padres son de origen turco y muchos de los barrios que frecuentó de niño estaban marcados por la influencia de países muy lejanos de la tierra de Herzog y Fassbinder. Akin aprendió alemán por obligación y el resto de los idiomas por diversión. Es revelador que, en la mayoría de sus películas, los personajes hablen alemán cuando hay diferentes nacionalidades en la escena, y turco cuando la situación se vuelve íntima y urgente.
2 Ser extranjero. El cine de Akin, desde Solino (2002) hasta Soul kitchen (2009), gira en torno a la no pertenencia. La idea de ser inmigrante, invisible no sólo para los locales sino para uno mismo. Sus protagonistas no sólo ignoran cómo asimilarse a la cultura europea donde crecen: tampoco saben relacionarse con la herencia que sus padres o mayores intentan inculcarles. En El otro lado (2007), Oriente y Occidente se cruzan en las cabezas de quienes transitan desde Hamburgo a Estambul. Todos los personajes de Akin son huérfanos. De tierra, identidad e idioma.
3 La distancia. Un personaje de Akin puede tener lazos de sangre con otro. Puede vivir con él. O a centímetros de su puerta. Y, aún así, puede pasar toda su existencia sin notarlo. En cambio, familias separadas por países e idiomas pueden reunirse (como en El otro lado) o destruirse para siempre (Contra la pared) a partir de un boleto de avión o un correo electrónico. "Sigo echando de menos tu piel", le dice el cocinero de Soul kitchen a su novia en China por videoconferencia. La tecnología no altera una verdad profunda: la soledad no se resuelve con banda ancha.
4 El cariño. No importa la clase de pellejerías que la gente viva en las películas de Fatih Akin. El cariño se abre paso. A diferencia de otros directores actuales consagrados a retratar la tierra baldía que dejan los afectos cuando se mueren, Akin siempre filma el nacimiento de la amistad o el amor. Gente sufre, se pierde o muere en nombre del lazo afectivo que establecen con personas que tal vez ni siquiera hubieran debido conocer. En los filmes de Akin, el encuentro de dos seres humanos ya es drama suficiente para justificar una película completa.
5 El sentimiento de lo portátil. Cuando la protagonista de Contra la pared por fin reconoce su amor hacia el tipo miserable y perdido con el que debió casarse para huir de su familia, le cocina un festín propio de sus ancestros. En ese momento, donde celebra la liberación de su herencia, recurre justamente a ella para mostrar su cariño. Comida, música e idioma son las tres claves recurrentes de todos los filmes de Akin. Una receta, una melodía o una palabra son conocimiento portátil, la clase de tesoros que un inmigrante puede cargar a través de la frontera.
6 El movimiento. Los filmes de Akin son curiosamente dinámicos para tratarse de historias donde no abundan las escenas de acción física. Los personajes están en perpetuo movimiento, ya sea geográfico o emocional. Relaciones que parecían eternas se evaporan y alguien que jamás se movió de su ciudad de pronto cruza el mundo para ir tras una hija perdida. A veces, el movimiento lleva a la felicidad. Otras veces gatilla la tragedia. En Crossing the bridge (2005), documental sobre la escena musical pop de Estambul, Akin filma a un músico callejero que resume su credo como cineasta: "En la calle somos todos iguales. Todos tienen que mezclarse con todos. Por eso es tan interesante. Porque en ella las cosas nunca dejan de moverse".
7 La marca del maestro. Akin ha reconocido al alemán Rainer Werner Fassbinder como una influencia notoria. Es más que eso. Donde el director berlinés recogió el mundo de los inmigrantes en su propio país para producir obras maestras como Todos nos llamamos Alí (1974), Akin ha usado el cine para dar cuenta del cruce entre nativos y extranjeros. Lo ha usado para sugerir que -a diferencia de Fassbinder- la verdadera lucha no es entre clases ni sexos, sino entre geografía y anhelo, raza y sentimiento. En sus películas, la gente se quiere, pero eso no basta. Sobre tal idea, ha construido una de las filmografías más dinámicas, atractivas y urgentes de esta época.