A los 14 años, Rigoberto Urán sufrió la muerte de su padre a manos de un grupo paramilitar colombiano. Antes de morir, don Rigoberto alcanzó a llevar a su hijo el ciclismo, el que lo sacó de su natal Urrao y que lo tiene ahora con la maglia rosa del Giro de Italia.

Urán, de 27 años, ganó la 12ª etapa de la prueba, una contrarreloj individual de 42 kilómetros y le arrebató la punta al australiano Cadel Evans, a quien aventaja ahora por 37". Así, se convierte en el primer colombiano en liderar una de las tres pruebas más importantes del ciclismo mundial.

Lo de Urán no es para sorprenderse, revisando su palmarés. En Londres 2012 se llevó la plata en el gran fondo, el año pasado ganó una etapa del Giro y fue segundo de la general tras el local Vincenzo Nibali.

Su infancia fue dura. Tras la muerte de su padre, Urán tuvo que mantener a su madre y su hermana y heredó el trabajo de su progenitor vendiendo boletos de lotería.

Cuando tenía tiempo disponible, practicaba ciclismo, donde despuntó por su talento. Su primer triunfo fue tres meses antes del asesinato de su padre, en una contrarreloj. "No sabía qué era eso, me dijeron que pedaleara hasta que llegara adonde había más gente. Gané y eso que aún vestía ropa de calle", contaba Urán a El País.

En 2006 se fue a Europa y pese a sufrir lesiones graves, no se detuvo. Llegó al equipo Sky como figura, en 2013 fue su capitán y ahora, como miembro del Omega Pharma-Quick Step, consiguió su segunda victoria personal en el Giro y la 17ª para Colombia.

"Veníamos trabajando para eso y lo hemos conseguido", dijo tras la prueba. Hoy, en la 13ª etapa, saldrá como el rival a vencer en una ocasión ideal para ratificar la fortaleza colombiana en el ciclismo.