"El papá de este cabro puso un monto de plata por matarme a mí o a cualquiera de mi familia por cinco millones de pesos". Así describía Bryan G.C. (15), en 2008, las amenazas que recibió de Osvaldo Guzmán, la ex pareja de su hermana Gemma Gálvez, luego de que en un "accidente" -según es descrito en la denuncia realizada por Gemma en la policía-, el hijo de Guzmán, Luis (20), muriera tras una serie de disparos efectuados por Bryan en San Joaquín. El 18 de febrero pasado, Sergio Guzmán Osses (20), otro de los hijos del ex conviviente de Gemma murió producto de balazos también percutados por Bryan. El móvil sería el anticipo de Bryan a un ajuste de cuentas que Sergio pretendía realizar por la muerte de su hermano. Sin embargo, las cuentas pendientes son anteriores al "accidente" y se arrastran desde que el joven convivió junto a Guzmán y su hermana.
Bryan -que fue capturado el jueves en la casa del novio de otra de sus hermanas- apenas conoce a su padre, Oscar Gálvez, un narcotráficante de La Legua recluido en Colina II desde que el menor tenía un año. Su madre entró a prisión cuando él tenía siete. Desde entonces, generó un fuerte lazo con Gemma, una de sus hermanas. Todo cambió cuando ésta se emparejó con Osvaldo Guzmán, quien tenía dos hijos de una relación anterior (Luis y Sergio). La presencia de Bryan en la casa de ambos, en La Florida, generó roces, pues Guzmán reprochaba a Gemma no mostrar interés en incorporar a sus hijos a esta familia y sí mucha preocupación por su hermano.
A raíz de estos reclamos, Gemma -quien tuvo tres hijos con Guzmán- no ejerció un rol de autoridad sobre Bryan y no estableció una relación maternal con él. "Haber optado por vivir teniendo a Bryan integrado a su familia como un hijo, le habría generado conflictos con su pareja", señala un informe del Sename.
A ello, se sumó que los hijos de Guzmán tuvieron roces con Bryan y que éste, según consta en declaraciones judiciales, presenció violencia por parte de Osvaldo Guzmán. "Nunca pudimos llevarnos bien, la pareja de mi hermana siempre le pegó y los dos hijos me pegaban, incluso le robaban a la Gemma y a mi otra hermana. Lo que pasa es que ellos tenían envidia porque su padre y mi hermana vivían conmigo y ellos no", dice Bryan en el informe. Sin embargo, otro hecho marcó definitivamente su postura. Según narran cercanos al menor y constató la justicia, en 2006 Bryan recibió un balazo en el muslo -de la que conserva una cicatriz y una leve cojera- de parte de Luis Guzmán, uno de los hijos de la pareja de su hermana, durante una discusión en La Legua.
El primer homicidio
Tras el fin de su relación, Gemma y Osvaldo Guzmán regresaron a La Legua. Mientras ella volvió con Bryan a la casa en que vivían con sus padres. Guzmán retornó con su antigua mujer y madre de sus hijos.
Bryan -que sólo llegó a segundo básico- hizo de la calle su nuevo hogar. Según dijo a evaluadores judiciales, pese a que su hermana era su familia, "no paso con ella, estoy todo el día en la calle jugando". "Socialización callejera que denota un proceso de identificación con la conducta infractora de ley", lo describe un informe judicial. Entonces, y con 10 años, Bryan probó la marihuana y comenzó a manipular, por primera vez, armas cortopunzantes y de fuego.
En 2006, con 11 años, fue sorprendido con una bicicleta robada, pero dos años después, ocurrió el que hasta la semana pasada era su mayor ilícito: el disparo que dio muerte a Luis Guzmán. Según contó Bryan, quien se entregó a Carabineros el 2 de julio de 2008, mientras circulaba con un amigo -llamado "Chelo"- en un automóvil que había robado con una pistola, se encontró con los hermanos Guzmán.
Tras reconocerlo, uno de los hermanos apuntó al vehículo con un revólver. "El 'Chelo' aceleró el auto, tomé la pistola y disparé hacia atrás tres tiros, desde la ventana trasera izquierda del auto", dijo Bryan. Según su versión, no supo si había herido a alguien y sólo al día siguiente se enteró por la prensa de que Luis Guzmán había muerto.
"Era delgado, flaquito, parecía que no quebraba un huevo", dicen en el tribunal donde Bryan fue derivado. Allí recibió una amonestación. "Era la sanción que me pareció más apropiada de acuerdo a las alternativas que me entregaba la ley", dice Marcela Orúe, la jueza que resolvió en San Miguel. Además, se determinó que tras un breve paso por el CTD de Pudahuel del Sename, quedase bajo la custodia de su tía Yolanda Gálvez, con quien residió en la comuna de San Ramón.
Pero sólo duró una semana junto a ella, en un departamento con techos y muros de latón y un aspecto lúgubre. En ese tiempo, alcanzó a hacer tareas en cuadernos entregados por el Sename. Sin embargo, habían llegado a sus oídos las amenazas de la familia de la víctima, hecho que se agravó por una riña entre Gemma y la actual pareja de Guzmán en La Legua.
Bryan huyó a la población para vivir con su hermana, luego de que, según su versión y la de familiares, una tarde divisó a Osvaldo Guzmán, rondando cerca del departamento de San Ramón.
Su tía adujo un problema cardíaco, agravado por el temor de las amenazas, y su custodia judicial finalizó. El tribunal determinó que con Gemma no estaba protegido y lo envió en octubre de 2008 a Pudahuel. "Se sentía más tranquilo, protegido, se las sabía por libro", cuenta un empleado del recinto. "Había que mirarlo para darse cuenta del temple que tiene", agrega. En su estadía, contó con protección policial permanente, y aunque no sociabilizó con otros niños, sí ejerció liderazgo sobre un grupo, con quien se reunía e intercambiaba golosinas. Incluso, le dijo al resto de los menores que él los iba a proteger.
Una noche, cuentan en el hogar, lo fueron a buscar amenazándolo de muerte, pero el asunto no pasó a mayores debido a la intervención de los policías que lo custodiaban.
Su estadía en el CTD finalizó cuando huyó por el techo. Volvió a La Legua, donde era frecuente verlo manejando vehículos -constan dos infracciones a la Ley de Tránsito-, portando armas y vinculado al tráfico de drogas. Según una fuente que lo conoció en el tribunal, Bryan "no siente que esté delinquiendo, sino que son las cosas que suelen hacerse en el medio en el que está inserto". Por eso, asegura la fuente, se ha declarado orgulloso del prontuario de su padre y de algunos familiares.
De acuerdo con los informes sicológicos emanados tras su paso por el sistema judicial, del menor destacan sus "ansias de libertad, deseos de ser reconocido y admirado, y temor a ser dañado". Más de alguna vez se animó cuando en el centro transitorio del Sename era aludido por sus pares cuando en la televisión aparecían armas.
El estatus de pertenecer a uno de los clanes que comercializa droga en La Legua le permite, según algunos vecinos, actuar con total impunidad en la población, la que durante este tiempo se ha visto únicamente eclipsada por su temor a la revancha que le prometió la familia de Guzmán.
Por eso, su prisa, al enterarse de que Sergio Guzmán había regresado de Italia -supuestamente para cobrar revancha por la muerte de su hermano- y la rapidez con que fue a su casa en el pasaje contiguo al suyo para disparar a quemarropa contra él.
Luego de eso, estuvo más de tres semanas prófugo, hasta que las fuertes réplicas del jueves lo hicieron salir de su escondite en Curicó.