En un psiquiátrico de Baltimore, Estados Unidos, la agente del FBI Clarice Starling visita la celda de Hannibal Lecter, un reconocido psiquiatra encarcelado por actos de canibalismo: los practicaba con sus propios pacientes. Starling quiere que la ayude a realizar un perfil psicológico del asesino serial conocido como Buffalo Bill, responsable de la muerte de varias adolescentes. Desde aquel encuentro se inicia una de las relaciones más inquietantes de la historia del cine, donde Clarise intenta entrar en la cabeza de un asesino. Mientras, el doctor Lecter sólo disfruta de su compañía, además de jugar con su mente.

El silencio de los inocentes, protagonizada por Jodie Foster y Anthony Hopkins, cumple 25 años de su estreno, el 14 de febrero de 1991. Se convirtió en cinta de culto y en un referente en el género de terror y suspenso. Hannibal Lecter se ganó el respeto como uno de los grandes villanos del cine, y la agente Clarice Starling redefinió el papel de heroína en la pantalla grande.

Cuando trabajaba como periodista, en la década del 60, Thomas Harris visitó la cárcel de Monterrey, en México. Iba a entrevistar a un preso acusado por el asesinato de tres personas, pero Alfredo Ballí Treviño, un doctor homosexual que cumplía una condena de 20 años por asesinar a su pareja y cortar su cuerpo en pedazos, lo interesó más. El año 2013, Harris diría que lo que le sorprendió del doctor fue "su calma, inteligencia y una cierta elegancia". Fue la inspiración para crear el personaje de Hannibal Lecter para la novela El dragón rojo, de 1981 y que narra los intentos del detective Will Graham, por encontrar a un asesino. En su búsqueda, recurre a la ayuda del doctor encarcelado Hannibal Lecter. El trabajo fue un éxito y Warner Brothers compró los derechos. En 1986 se hizo Cazador de hombres, con Brian Cox en el papel de Lecter. El filme tuvo una tibia recepción, pero Thomas Harris quiso repetir el éxito de la novela y dos años después lanzó su secuela, El silencio de los inocentes.

En un principio la segunda parte no causaba interés para una adaptación al cine. Hasta que Gene Hackman compró junto a Orion Pictures los derechos por diez millones de dólares. El actor quería dirigir y protagonizar la película y contrató al guionista Ted Tally. Hackman finalmente consideró que el proyecto era inviable y vendió su parte a Orion.

La compañía independiente había estado detrás de dos películas del director Jonathan Demme de éxito comercial relativo y buenas críticas: Totalmente salvaje (1986) y Casado con la mafia (1988). El paso siguiente fue darle al joven realizador el proyecto de El silencio de los inocentes. Para el papel de la Agente del FBI, Demme quería a Michelle Pfeiffer, pero Orion pensaba que era demasiado atractiva y algo mayor para el rol. En cambio, los ejecutivos estaban muy entusiasmados con Jodie Foster que venía de ganar el Oscar en 1988 por Acusados, un drama de una joven que había sido violada. Cuando se enteró de que estaba abierto el casting para este rol, la misma Foster llamó para poder obtenerlo.

Para el papel de Lecter, todos concordaban en que se necesitaba un actor de renombre: se barajaron los nombres de Robert De Niro, Robert Duvall y Dustin Hoffman. Demme le ofreció el rol a Sean Connery, pero este le respondió en una carta diciendo que el rol "era asqueroso y que precisamente no soñaba con hacer ese tipo de papeles".

Ted Tally había visto Equus, de Peter Shaffer, en Broadway, con Anthony Hopkins, y pensó que sería ideal para el papel. En una reciente entrevista para Deadline, Jonathan Demme comentó que "fue fácil ver a Hopkins como el doctor Lecter. Había realizado un fantástico trabajo como el bondadoso Doctor Treves en El hombre elefante de David Lynch. Entonces, ¿puede un buen doctor volverse malo?, esa idea me interesó".

El filme recaudó 272 millones de dólares, de un presupuesto de 19 millones. A pesar del éxito, el estudio había quebrado, y para la temporada siguiente, pese a estar fuera de la fecha para ser considerada, El silencio de los Inocentes empezó a ganar reconocimientos de los críticos de Los Angeles y Chicago y de los gremios de guionistas y productores. Luego ganó los cinco premios principales de los Oscar: película, director para Demme, actor para Hopkins (que aparece solo 25 minutos), actriz para Jodie Foster, y guión para Ted Tally.

Hopkins repetiría el rol en Hannibal (2001), la segunda parte dirigida por Ridley Scott y con Julianne Moore como la agente Starling; y en Dragón rojo, una nueva adaptación de la novela de 1981 con Edward Norton y Ralph Fiennes. Además se hizo Hannibal: el origen del mal en el 2007, sobre los primeros años de Lecter; y la serie Hannibal, que va en su tercera temporada.

El silencio de los inocentes fue para Jodie Foster la historia de una mujer joven tratando de salvar a otra mujer, más que una cinta de suspenso. Para Anthony Hopkins fue un rol clave, y que preparó visitando manicomios y psiquiátricos: ambos comparten escena solo en cuatro oportunidades. Para el novelista Thomas Harris, sin embargo, la película sigue siendo un misterio: el escritor nunca ha visto la película, pues cree que es la única manera de no contaminar su imaginación con la poderosa caracterización que Hopkins hizo de Hannibal Lecter.