Cardiff es una ciudad de tan sólo 340 mil habitantes. Su pequeño tamaño, sumado a su condición de capital del país de Gales y a ser sede de cuatro universidades, la convierten en un polo de gran atractivo para los jóvenes y la hacen un lugar de mucho movimiento y apacible a la vez.

La historia de Cardiff nos lleva a la Edad de Bronce y son los romanos quienes, alrededor del año 75 de nuestra era levantan los muros del primer castillo, para defenderse de los ataques de los celtas.

Quemado y vuelto a levantar muchas veces el castillo ha sido a través de los siglos el símbolo de la ciudad.

Pero no han sido los muros del castillo quienes trajeron prosperidad a esta ciudad sino el puerto, por el que salía el carbón de piedra extraído en las minas de los valles galeses. Fue a fines del siglo XIX durante la Revolución Industrial que Tiger Bay (Puerto de Cardiff) jugó un papel preponderante en el desarrollo del país, al convertirse en el mayor puerto exportador de carbón del mundo.

Junto con la bonanza económica vino el crecimiento edilicio y de población, que le garantizó el status de ciudad en 1907. De esos años son los edificios del Centro Cívico y los pabellones principales de la universidad que recuerdan los tiempos del Imperio británico.

A pesar de contar con una gran diversidad cultural y étnica, no experimenta problemas raciales o religiosos, y es una de las ciudades más seguras del Reino Unido. Bien conectada, con Londres a dos horas en auto y Manchester a tres por cómodas autopistas, desde su aeropuerto salen vuelos diarios a Europa.

El Millennium Stadium se erigió como el símbolo de la ciudad desde que fue edificado para el Mundial de Rugby de 1999, desplazando al viejo castillo como postal característica de la ciudad.

Si bien el juego de la pelota ovalada es lo que seguramente identifica al país por antonomasia, el fútbol no es ajeno a la misma y Cardiff City es el club de la ciudad.

Originado como un desprendimiento del Riverside Cricket Club para que los socios pudieran practicar un deporte en los meses de invierno, tuvo su casa en el estadio de Ninian Park durante 100 años, hasta que la modernización lo obligó a mudarse al cercano Cardiff City Stadium, con capacidad para 25 mil personas sentadas y la posibilidad de ampliarlo al doble de ser necesario.

Cardiff City tiene el honor de haber sido el único equipo no inglés en ganar la mítica FA CUP, allá por 1927, pero aún sigue siendo el galardón más preciado por los hinchas. Esos simpatizantes que, durante las épocas duras de la depresión económica de los 70 y 80, fueron reconocidos como de los más violentos del Reino Unido, con batallas feroces sobre todo con los hooligans del Milwall, equipo de los muelles del sureste de Londres.

La modernización del club no sólo contempló la construcción de un nuevo estadio, sino también el cambio de las estructuras ejecutivas, la pacificación de las hinchadas y la edificación de una nueva ciudad deportiva que comparte con el equipo de rugby Cardiff Blues, en las afueras de la ciudad.

La nueva sociedad comandada por el malasio Vincent Tan impuso una serie de cambios radicales muy resistidos por los hinchas. En primer lugar, cambió la histórica camiseta azul de los Bluebirds por la roja actual. El motivo: el rojo es el color de la suerte en Malasia y el azul, el de la desgracia.

Como segunda medida, rediseñó el escudo del club: afuera el color azul y el pájaro, adentro, un dragón rojo. A principios de la temporada 2012-2013, las escenas de gente rompiendo el carnet de socio y jurando nunca más pisar la cancha eran imágenes comunes. Sin embargo, creer o reventar, los Cardiff boys tomaron la punta del Championship en noviembre de 2012 y no la largaron hasta proclamarse campeones en mayo de 2013. Con ello consiguieron el ascenso a la Premier League y se convierten en el segundo equipo de Gales en la famosa liga, junto a sus archienemigos del Swansea, que juegan en ella hace ya dos temporadas.

Tanto Gary Medel como Cardiff City empiezan una etapa desconocida: ninguno ha jugado la Premier League y del desempeño del chileno depende en gran parte la permanencia del club en la liga más exigente de Europa.