El Maratón de Santiago ha avanzado al mismo nivel que lo ha hecho el running en los últimos años, en los que se han multiplicado las corridas durante los fines de semanas y también los cultores de la actividad, transformando las imágenes de gente corriendo en un paisaje habitual en distintos barrios de la ciudad. Hay estadísticas que hablan de que el crecimiento ha sido cercano al 600 por ciento en las temporadas recientes.

La venta de productos relacionados también ha vivido un boom y las principales marcas deportivas han diseñado campañas especiales y dedicado zonas exclusivas en sus tiendas.

Lo mismo ha sucedido con los clubes o privados a cargo de preparar a los entusiastas y con el consumo de bebidas isotónicas o similares, con 50% de avance en sus ventas.

A partir de 2007, el Maratón de Santiago se convirtió en un evento destacado de la temporada deportiva nacional. Hasta antes de que, impulsado por el organizador Adidas, llegara a congregar a más de 25 mil personas inscritas, como en la edición de este domingo, la prueba apenas reunía a mil participantes.

Desde esa primera edición de esta nueva etapa, la cantidad de atletas que se anotan para la carrera, desde aficionados a profesionales, ha subido de 6.800 a 25 mil, con un alza sostenida que le ha permitido pasar de los 12 mil, en 2008, a 20 mil, en las últimas dos ediciones, para dar un nuevo salto en la actual.

El nivel competitivo de la prueba sigue la tónica del resto de los temas relacionados. Así, del tiempo de 2:19'47'' que marcó Miguel Meléndez, en 2007, se pasó a las 2:12'33'' que impuso el etíope Alene Reta para quedarse con el triunfo en 2010 y que se mantiene aún como el mejor crono en la historia de la competencia.

En las mujeres sucedió lo mismo. Erika Olivera ganó con 2:44'26'', en la primera versión. Mientras que la última triunfadora, la keniata Hyvone Ngetich, rebajó en casi 10 minutos ese registro, dejándolo en 2:34'42'', el récord entre las damas.

La edición pasada, además, marcó el hito de que las cinco primeras bajaron las dos horas y 40 minutos, aunque todavía lejos de la mejor marca de la historia (la británica Paula Radcliffe, con 2:15'25'', en 2002) y de la temporada (Aselefech Mergia, con 2:19'31'', en Dubai).