Carlos Krug Boonen es el único integrante de la Armada que, estando en servicio activo, falleció fuera del país y sus restos descansan en el exterior.
Desde hace 110 años que el cuerpo de este tripulante chileno descansa en el cementerio católico de Saint Michael's, en Hong Kong, China.
El joven Krug fue un estudiante brillante, que logró el primer lugar de su promoción en la Escuela Naval. Sin embargo, quien fuera un aprendiz activo, falleció a los 19 años, mientras realizaba un crucero de instrucción. Su deceso ocurrió el 7 de noviembre de 1900, en el Hospital Militar de la Guarnición Británica de Hong Kong. Una enfermedad sin cura lo afectó, repentinamente, durante la navegación entre un puerto japonés y la que hasta ese entonces era posesión del Reino Unido.
Antes de morir, además de haber sido galardonado con la primera antigüedad, el joven Krug era tripulante del buque escuela Baquedano y provenía de una familia ligada al mar. Su padre era capitán de navío y fue descrito como un hombre de "valerosa conducta" durante el combate de Antofagasta, en 1879. Además, se embarcó en uno de los buques que capturó al Huáscar. A pesar de que el mar los unió, ahora descansan separados. Mientras el hijo está en Oriente, el padre yace en el museo de los veteranos del 79, en Iquique.
Es común que muchos de los chilenos que viajan a la isla asiática pregunten por el lugar donde se encuentra ubicada la tumba de Krug, como parte de su recorrido por Hong Kong.
Su importancia no sólo radica en la historia de Krug, sino también en que la sepultura y la escultura fueron levantadas con la ayuda del comandante y la tripulación de la corbeta Baquedano. Pero 110 años no pasan en vano y, por lo mismo, se ha convertido en una necesidad la remodelación del lugar.
Así es como diversos privados han mostrado interés en mejorar el sepulcro. Asimismo, el Consulado General de Chile en Hong Kong inició las tratativas con una empresa local para comenzar los trabajos, orientados a restaurar la única tumba de un integrante de la Armada emplazada fuera del territorio nacional.
La idea es mejorar la bóveda y una escultura marinera que fue levantada en el lugar para identificar el sitio donde yacen los restos.
El trabajo que desarrollará la empresa asiática, especializada en este tipo de tareas de restauración en cementerios y mausoleos, involucrará la nivelación de la escultura marinera, su reparación y limpieza.
Asimismo, en las faenas, que empezarían este 19 de septiembre, se instalará una nueva carpeta de piedra y concreto sobre la bóveda, que actualmente se encuentra con grietas y desnivelada en diversos sectores.
Además, se repintarán en negro las letras que están inscritas en la placa de mármol de la tumba.