Hace poco más de un mes, Ignacio Hurban tomó una decisión por algo que lo atormentaba desde hace algún tiempo. Hurban, de 36 años y pianista de jazz, llevaba una vida tranquila en la localidad de Olavarría, en la provincia de Buenos Aires, pero tenía un presentimiento. Entonces, decidió enviar un mail a las Abuelas de la Plaza de Mayo, ya que sospechaba que había sido adoptado. Hace dos semanas, Ignacio decidió hacerse un examen de ADN. Le dijeron que las muestras estarían listas en tres meses. Sin embargo, los resultados estuvieron en apenas 10 días. El martes, este joven se enteró de que era nieto de Estela de Carlotto, nada menos que la presidenta de Abuelas de la Plaza de Mayo, institución que desde 1977 busca a los hijos de los asesinados o desaparecidos durante la dictadura argentina (1976-1983).

La rapidez con que sucedió todo ni siquiera le dio tiempo a Ignacio para avisarles a sus amigos, quienes se enteraron por televisión de una noticia que ha conmovido a Argentina. Ignacio en realidad es Guido, hijo de Laura Carlotto, secuestrada en noviembre de 1977. Laura tuvo a su hijo en junio de 1976 durante su cautiverio. Lo parió esposada a una cama y cinco horas después los militares se lo arrebataron para entregarlo a una familia campesina en Olavarría. Antes de ser asesinada, Laura les dijo a sus captores: "Mi mamá no se va a olvidar de lo que me hicieron y los va a perseguir". Hasta el martes, tampoco se sabía quién era el padre de Guido, ya que la pareja se mantenía en la clandestinidad. Pero el examen de ADN reveló que se trata de Oscar Montoya, un militante montonero, cuyos restos fueron encontrados en 2009.

"Encontramos a tu nieto", le dijo el martes la jueza María Servini de Cubría a Estela de Carlotto. Ambos se reencontrarían en la tarde de ayer. Según la prensa argentina, Guido incluso llegó a tocar en un evento musical organizado por Abuelas no hace mucho. El nieto de Carlotto se crió en el campo, como hijo único de una familia conformada por Juana y Clemente Hurban. En su adolescencia ingresó al Instituto Municipal de Música de Avellaneda y estudió en el Conservatorio Ernesto Mogávero, de Olavarría, donde ahora es profesor de piano, según consigna el diario argentino La Nación.

Vinculado al mundo del jazz, Guido, además, es director de la Escuela Municipal de Música de Olavarría y pianista de la Orquesta Errante. Sus amigos han contado que a Guido siempre le interesó el tema de la memoria y las violaciones a los DD.HH. durante el régimen militar. Una de las canciones de uno de sus discos lleva por título Para la memoria y dice: "Si lapidando al poeta / se cree matar la memoria / qué más le queda a esta tierra / que va perdiendo su historia". "¿Fue obra del azar esa coincidencia? El no lo sabe", sostiene La Nación.

Guido también es fanático de River Plate y sus cercanos han dicho que sufrió mucho cuando su equipo bajó a la segunda división en 2011.

En Olavarría, Guido sigue siendo Ignacio o "Pacho", como lo apodan sus amigos. Por ahora.

"Por suerte me hice un estudio cardíaco hace poco. Y está todo bien. Ahora tengo a mis 14 nietos. Todavía estoy como soñando", ha dicho Carlotto, con evidente emoción. Pero también habló la abuela paterna de Guido, Hortensia Ardura de Montoya, de 91 años. Desde la sureña provincia de Santa Cruz dijo: "Verlo a él fue ver a mi hijo. Es igualito a su padre. Son un calco. Lo quiero ver, abrazar, saber que es nuestro", afirmó con la voz quebrada y entre lágrimas.