Dragones escupiendo fuego a ejércitos enteros, magos apuntando meteoritos a un gigante y guerreros explotando en furia mientras empuñan con fuerza su espada contra un monstruo son elementos presentes en una larga tradición de fantasía y que nunca envejecen. Sin embargo, para aplicarlos con éxito a un videojuego actual hace falta imaginación, frescura y mucho atrevimiento: Dragon Age II, el nuevo juego de Bioware, cumple estos requisitos con creces.

La secuela del popular Dragon Age: Origins, que aparece un año y medio después de su antecesor, tiene sobre los hombros el éxito indiscutible que lo llevó a obtener varios premios como juego del año y ser reconocido como uno de los mejores videojuegos de rol. Afortunadamente, las críticas a esta nueva entrada en el mítico continente de Thedas lo ponen incluso por sobre la entrega anterior.

Al igual que en Origins (y su expansión Awakening), Dragon Age II se desarrolla en un mundo de estilo medieval que cada ciertos años es atacado por hordas de seres demoníacos, en una lucha del bien contra el mal conocida como "La ruina". En este nuevo título, la acción transcurre íntegramente en un terreno que el primer juego casi no visita, Las Marcas Libres. La trama pone al jugador al mando de Haw-ke, un legendario guerrero que llegará a convertirse en el Campeón de Kirkwall, supuestamente la persona más importante en el universo de Dragon Age.

La historia es parte central en este juego, desarrollándose a lo largo de 10 años y en las que cada decisión que tome el jugador tendrá un efecto directo sobre el futuro, pudiendo accionar cambios a nivel político y social según cómo se actúe, y definiendo los destinos de muchas personas a lo largo del camino. Si bien esta característica se anuncia en muchos juegos, este título la refina a detalles pocas veces vistos. Por ejemplo, el personaje puede establecer relaciones tanto con miembros de su grupo como del exterior, teniendo la capacidad de lograr relaciones sentimentales, sexuales o de enemistad, todas ellas de una gran profundidad si se toma en cuenta la década completa que tiene el jugador para interactuar.

Como característica extra, si el jugador tiene archivos guardados de Origins o Awakening, las decisiones que haya tomado en esos juegos afectarán también lo que suceda en el nuevo título.

Dragon Age II mejora notoriamente el sistema de batalla, pero mantiene la configuración en la que el jugador tiene el control de un personaje a la vez, mientras a los otros tres miembros del grupo puede darle órdenes, haciendo de la estrategia en batalla un elemento clave. En las versiones de consola será mucho más fácil manejar las habilidades y hechizos que en el juego anterior; además, estas habilidades son ahora más espectaculares y efectivas en batalla, haciendo también que el jugador lo piense muy bien antes de mejorar su personaje con una característica u otra.

El juego ya ha sido catalogado como el posible mejor juego de rol de la década, obteniendo nada más que elogios entre quienes lo han probado. Se encontrará disponible para PlayStation 3, Xbox 360 y PC el 8 de marzo.