Señor director:
Con frecuencia se critica el quehacer de los notarios. Muchos opinan y enjuician. Como notario de una comuna modesta de Santiago, creo que mucha crítica sin suficientes elementos de juicio termina por desprestigiar a las instituciones.
El oficio de notario es tan antiguo como el hombre. La necesidad de un ente ajeno que certifique la seguridad de todo acto jurídico fue, es y seguirá siendo de cardinal importancia en toda sociedad, y en la nuestra, imprescindible. No en vano el porcentaje de judicialización de los actos notariales es históricamente bajo, lo que ratifica la importancia de nuestro ministerio. Cuando observo al público que a diario acude a mi oficio, concluyo que somos, en muchos casos, injustamente criticados, pero indiscutibles inspiradores de la seguridad jurídica que toda sociedad necesita.
Carlos Ruiz