Hay veces que la circunstancia hace que se unan dos polos opuestos. Este es el caso del intelectual francés Bernard Henri Lévy, opositor al Presidente Nicolas Sarkozy, pero que ahora es uno de los principales aliados del mandatario galo a la hora de ponerse al frente de los ataques contra las tropas de Gaddafi.

Fue Lévy uno de los primeros en reunirse con los rebeldes en la ciudad de Bengasi. El filósofo y comentarista debutaba como reportero de guerra para el periódico Liberation, del que es accionista, pero su viaje coincidió con el comienzo de los ataques aliados.

Lévy afirma que él convenció a Sarkozy para que reconociera al gobierno de los rebeldes, para lo cual realizó una conexión por teléfono satelital desde Bengasi. "Estos son los mujaidines de Libia. El encuentro tuvo una enorme significación política", afirmó en referencia a los milicianos que se enfrentan a Gaddafi. Además, durante el encuentro con los rebeldes libios en el Palacio del Elíseo, Lévy también estuvo presente, a diferencia del ministro de RR.EE. francés, Alain Juppé, quien se enteró de los planes para intercambiar embajadores con ellos cuando llegó desde Bruselas.

Y todo esto pese a que Sarkozy y Lévy no son aliados. "Me opuse a él muchas veces y lo seguiré haciendo", asegura el filósofo, al tiempo que aseguró que nunca votaría por él. "Pero en este caso tomó una decisión valiente", añadió.