Fernando Alonso está completamente sano. El choque que tuvo el 22 de febrero, en las pruebas en Montmeló, no le dejaron ninguna consecuencia física, pese a que se golpeó la cabeza, estuvo inconsciente y perdió de la memoria lo ocurrido. Eso es, al menos, lo que dicen los partes médicos del equipo McLaren. Sin embargo, y pese a estar sano, el mismo grupo de especialistas recomendó al español no correr el Gran Premio de Australia, el 15 de marzo, cita inaugural de la Fórmula Uno.

"Los doctores le informaron que no hay síntomas de ningún problema médico, que no ven ninguna evidencia de daño, está completamente sano desde las perspectivas neurológica y cardíaca", dice el comunicado del team.

El asunto, en rigor, no es contradictorio, pues la petición médica no se basa en algo que el asturiano tenga, sino en lo que podría ocurrir. Se le llama el síndrome del segundo impacto. El mismo Alonso lo confirmó a través de su cuenta de Twitter, donde aseguró que "un segundo impacto: NO".

Lo que se quiere evitar es la posibilidad de que el piloto reciba un golpe en la misma zona antes afectada, lo que sí le podría producir daños severos.

El asunto está bien documentado médicamente, y normado en todo tipo de competencias. Por ejemplo, en la NBA, los jugadores quedan imposibilitados de jugar por al menos 11 días si reciben un golpe fuerte en la cabeza.

En el caso de Alonso, se le recomendó que no volviera a mayores esfuerzos en 21 días, y las actividades del GP de Australia comienzan el jueves 12, apenas 19 días después del accidente en España. Además, el largo viaje a Oceanía podría ser un factor que agregue riesgo.

Doctores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Indiana, en Estados Unidos, dieron la alerta hace unos años de esta patología. Según uno de sus autores, Michael Turner, "el mensaje es que no se debe volver a jugar hasta que el atleta carezca de síntomas, ya que el principal problema del SIS (sus siglas en inglés) es, probablemente, la hiperemia, nivel creciente de la sangre en el cerebro, y no la existencia de un hematoma oculto".

Es decir, es imposible prever sus consecuencias, pues es el segundo impacto el que causa un daño mucho mayor que la simple suma de los dos unidos, con consecuencias permanentes como pérdida de movilidad y daños neurológicos.

El danés Kevin Magnussen pilotará el bólido de Alonso en Melbourne. El hispano regresaría a las competencias en la segunda fecha, en Malasia, el 29 de marzo. De hecho ya reanudó los trabajos físicos para esa carrera.