Es una serie que muestra violencia y delincuencia en un contexto de narcotráfico, una realidad presente en todo el mundo, pero que es especialmente sensible en México, y sobre todo en este momento, cuando han pasado muy pocos días desde la masacre -atribuida a los carteles de droga- ocurrida en un casino de Monterrey el 25 de agosto.

Es por eso que en cuanto los protagonistas de Prófugos llegaron al país norteamericano para presentar la serie, la semana pasada, el equipo de prensa estaba atento. "Inmediatamente nos llegaron briefings orientándonos en lo que podíamos comentar a la prensa, hasta dónde podíamos llegar… no por un asunto de censura, sino que para no disgregarnos", comenta Luis Gnecco, uno de los protagonistas de la historia que debuta esta noche, a las 22 horas, por HBO (señal 34 en VTR y 630 en Movistar).

Este es sólo un ejemplo de la rigurosidad y el cuidado obsesivo por cada uno de los detalles de sus producciones, que practica y también exige uno de los canales más prestigiosos de televisión en el mundo, y que con esta serie tiene su primer trabajo chileno, en el que trabajaron cientos de personas, todas las cuales firmaron acuerdos de confidencialidad.

"Las series de HBO se caracterizan por tomar riesgos y ser un tanto atrevidas, pero haciéndolo todo bajo un paraguas de excelencia en la producción. Y cuando hablamos de esta excelencia, hablamos justamente de cuidar absolutamente todos los detalles que conlleva", analiza desde México Miguel Oliva, vicepresidente de relaciones públicas de HBO Latinoamérica.

Este detallado trabajo empezó mucho antes de que se empezara la filmación, ya que para este show se manejaron tiempos de trabajo inéditos para una producción local: desde las primeras conversaciones entre el canal y las productoras locales -Fábula y Efe3- hasta este estreno han pasado cerca de cinco años. Y el último estuvo casi completamente dedicado a la posproducción, antes se filmó por seis meses, y previo a eso hubo una preparación que incluyó dos meses de trabajo con la PDI, que instruyó a los protagonistas en manejo de armas, con trabajo de lunes a viernes, desde las 8.30 de la mañana hasta cerca de las 5 de la tarde.

"Partimos realizando una inducción teórica en manejo de armas, para que entendieran de manera cabal lo que iban a hacer y a qué iban a estar expuestos", explica el inspector Manuel Rojas, uno de los profesores que tuvieron los actores en la escuela de oficiales de la PDI, donde recibieron un entrenamiento muy similar -aunque resumido en tiempo- al que se ocupa para los estudiantes de la escuela.

Obsesión por la imagen

A pesar de no estar en supervisión constante de las filmaciones, desde HBO se preocupaban de mantenerse al tanto de lo que ocurría en Chile. "Había un sistema en que se subían las imágenes a un servidor y a HBO le llegaba inmediatamente la misma imagen", explica Rodrigo Flores, de la productora Efe3, y agrega que se mantenía un diálogo constante con Estados Unidos.

Juan de Dios Larraín, productor general de la serie -de la empresa Fábula-, complementa: "Luego estaba la entrega de los capítulos. HBO es conocido por rechazarlos desde la oficina de control de calidad, que es una instancia que se dedica a revisar cintas y buscar cualquier mínimo detalle que esté mal como, por ejemplo, que hay un punto en alguna parte o el audio de una bala está corrido dos cuadros. Esa parte fue súper compleja y, de hecho, los primeros cuatro capítulos los rechazaron. Fuimos aprendiendo a hacerlo y al quinto ya todo fluyó".

Otro de los elementos que HBO supervisó desde EE.UU. fue el del casting de actores: para los roles centrales no se le ofreció el papel a nadie, sino que se realizaron audiciones. "El casting era con dos o tres opciones por personajes, y se le presentaron a HBO en junio del 2009. Eso fue para los 15 personajes más importantes", explica Flores. "Corremos con la ventaja de que la mayoría de los actores de América Latina sueñan con pertenecer a alguna serie de HBO. Entonces, eso a nosotros nos facilita el proceso", complementa Oliva.

Y según lo que han manifestado los propios protagonistas en la promoción de esta serie, ellos también quedaron contentos con el estilo del canal, que lo diferencia mucho de cualquier producción televisiva en la que hayan participado antes. "Cuando llegamos a grabar el primer capítulo ya estaban escritos todos, y revisados por gente que sabe mucho y que tiene las más altas exigencias. Entonces llega muy depurado y puedes confiar absolutamente en el material. En las producciones nacionales siempre hay muchas cosas que mejorar", asevera Gnecco.

Durante los seis meses de registro de imágenes se trabajó en jornadas de 10 horas de filmación, que a veces se extendían a 12.

Esta rigurosidad no sólo se vio reflejada en el trabajo con los actores principales, sino que también con los extras que participaron de la serie. "Tuvimos que entregar 3.500 disclaimers de extras. Acá en general se firma un papelito, que al final es como un recibo de pago, pero en esta producción era una sesión de derechos real, que se acerca más al contrato de un actor protagonista", comenta Juan de Dios Larraín.

Tanto el productor general como sus socios en este trabajo y los actores coinciden en que el trabajo con la cadena fue cercano y de diálogo, pero manteniendo el trabajo y los plazos como máxima. "Los elementos financieros, legales y de producción se revisaban constantemente. Esto se veía según nuestros tiempos: nosotros decíamos cuándo íbamos a entregar los reportes y armábamos un programa respecto de eso, pero luego había que cumplirlo, y si no se iba a cumplir un plazo por algo, había que justificarlo", explica el productor. Su hermano Pablo, director general de la serie, agrega: "No se trataba de cuánto se demorara en hacerse, sino de que quedara bien hecho. Ellos no operan desde una gerencia intocable y distante, sino que te hacen sentir que estás en un trabajo en equipo muy cercano, aunque por supuesto ellos tienen la última palabra", comenta.

"Todo lo que se hace en las series de HBO es supervisado y aprobado por un grupo de personas en el área de Producciones Originales y sus equipos. Ellos son los que se encargan de lograr que se cumpla con los estándares de lo que es una serie de HBO", dice Oliva.