Entrenamiento físico, preparación técnica, planificación y conocimiento del territorio. Son algunos de los elementos básicos que los expertos en senderismo recomiendan tener presente a los aficionados al momento de realizar cualquier tipo de caminata. Cheryl Strayed no se había preocupado mucho de ninguna de esas cosas. Cuatro años antes de que comenzara su aventura por el sendero del Macizo del Pacífico (Pacific Crest Trail, en inglés) su madre había muerto súbitamente de cáncer al pulmón, a los 45 años, y poco tiempo después esta mujer de Minnesota firmaba su divorcio luego de haber engañado a su marido en numerosas ocasiones y haber caído en el consumo de heroína. Estaba sola y caminar entre el desierto, montañas, bosques y ríos parecía ser la única opción para sanarse y redimir sus errores.
Era el verano de 1995 y Strayed no sabía bien lo que hacía, sólo tenía voluntad. E incluso eso, como le sucede a cualquier persona que se haya animado a hacer un trekking, le flaqueaba. “¿En qué me metí?”, se preguntaba cada cierto rato. Pero el esfuerzo valió la pena, lo que queda retratado en su libro Salvaje (Wild: From Lost to Found on the Pacific Crest Trail), que estuvo en el número uno del ranking de libros del New York Times en 2012 y del que rápidamente una productora adquirió los derechos para llevarlo a la pantalla grande, con Reese Witherspoon como protagonista. El rol de Strayed, hizo que Witherspoon fuera postulada como Mejor Actriz durante los últimos premios Óscar.
El sendero del Macizo del Pacífico (SMP) es uno de los trekking más largos del mundo con 4.285 kilómetros. Cruza Estados Unidos desde la frontera sur con México, hasta la norte con Canadá. La ruta pasa por 25 bosques nacionales y siete parques nacionales, entre ellos Sequoia, Yosemite y Monte Rainier, cruzando los estados de California, Oregon y Washington, y alcanzado alturas de hasta 4 mil metros en algunos puntos del camino. Las duras condiciones climáticas (excesivo calor y nieve en algunas zonas), la deshidratación y la presencia de fauna salvaje, desde serpientes cascabel a osos negros, son algunos de los riesgos del camino.
A diferencia de otros senderos de trekking, como el popular sendero de los Apalaches, que también se encuentra en Estados Unidos y tiene 3.514 kilómetros, el SMP tiene pocos refugios y las zonas de reabastecimientos se encuentran a grandes distancias una de la otra, obligando a los senderistas a arreglárselas solos por varios días.
La reina Cheryl
Strayed comenzó su caminata en la zona del desierto de Mojave, en California, y su expectativa era recorrer el segmento del sendero que se encuentra en ese estado. Iba con una mochila tan grande y pesada que terminó llamándola Monstruo, la que era permanentemente objeto de bromas y provocaba heridas en su espalda y caderas. Sus zapatos le quedaban chicos y en el trayecto perdió varias uñas a causa de ello. Ni siquiera llevaba un bastón de trekking y pasó los primeros días sin poder consumir comida caliente porque había comprado el combustible equivocado para su cocinilla y la había averiado. Mientras que un caminante promedio del SMP avanzaba unos 30 kilómetros diarios, ella con suerte hacía 15 al comienzo.
Para rematar, 1995 fue un año frío y la nieve se acumulaba en grandes cantidades en la zona montañosa de la Sierra Alta, por donde Strayed pensaba pasar. Muchos excusionistas desistieron y postergaron la caminata para el año siguiente. Ella también estuvo a punto de hacerlo, pero finalmente optó por otra alternativa que tomaron también otros senderistas: salir del camino y acercarse a la carretera para sortear la zona de nieve, en auto, y seguir el SMP en otro punto más al norte donde hubiera menos, ojalá nada, de nieve. Finalmente su caminata terminó en el llamado Puente de los Dioses, en el límite del estado de Oregon con Washington. Caminó 1.895 kilómetros y en su éxito fue clave el apoyo de otros senderistas que la ayudaron. Ver a una mujer sola recorriendo el SMP era extraño y eso jugó a su ventaja. Muchas personas le ofrecieron comida, carreras en auto y asesoría para continuar. Así fue como se ganó el apodo de “reina Cheryl”.
Aunque la ruta tiene pocos puntos de descansos establecidos y en algunas zonas incluso el abastecimiento de agua es increíblemente complejo, hay varias herramientas a las que los senderistas echan mano. Primero están las oficinas de correo postal, donde los caminantes se envían cajas con dinero, comida, ropa y otros objetos útiles para continuar su camino. Las cajas se encuentran a grandes distancias una de la otra, y por eso mismo son como oro para los senderistas que deben hacer rendir agua y comida por varios días. Ni hablar de una ducha, incluso por varias semanas. Además, son populares los llamados “ángeles del sendero”, personas que, voluntariamente, se ubican en ciertos puntos del camino alimentando y ayudando a los excusionistas. Para Strayed, ese ángel se llamó Joe.
Como la misma Strayed reflexiona en su libro, en esa época los caminantes recorrían el sendero con un mapa y una brújula, pero hoy es posible cargar la ruta completa en un GPS, e internet está llena de información y consejos para quienes quieran intentar la aventura. Incluso, es posible recorrer virtualmente todo el sendero en Google Maps, y ocupando la vista satelital se pueden revisar fotos de los puntos de mayor atractivo.
El libro y la reciente película han permitido que muchas personas que desconocían el sendero se animen a realizarlo. Durante 2013 hubo un aumento del 30% en las personas que se anotaban para realizar el SMP completo, los casi 5 mil kilómetros. De todos ellos la mitad, unos mil senderistas, consiguieron terminarlo. Para quienes trabajan en la preservación de este trekking es clave que, a diferencia de Strayed, los caminantes se preparen y no corran los riesgos que ella sufrió (como perder los zapatos a la mitad del camino o recorrer largas extensiones de nieve sin el equipo adecuado).
Por esta misma razón, la Asociación del sendero del Macizo del Pacífico (Pacific Crest Trail Association, www.pcta.org) recomienda comenzar haciendo algunos segmentos del sendero por uno o dos días. Son varios los lugares del SMP que se encuentran cerca de ciudades y son de fácil acceso.
De todas formas, y aunque la hazaña de Strayed es calificada por algunos de “irresponsable”, tiene un mérito. La idea del viaje de exploración en medio de la naturaleza, más como una búsqueda espiritual que física, apela a muchas personas y sigue atrayendo más caminantes al SMP cada año. “Lo esencial de recorrer el SMP ese verano, lo que lo convirtió en una experiencia tan profunda para mí -y a la vez, como tantas cosas, tan sencilla-, fue el hecho de tener siempre muy pocas opciones y verme obligada con frecuencia a hacer lo que menos me apetecía. El hecho de que no había escapatoria ni posibilidad de negación. No había manera de anestesiarse con un Martini ni de enmascarar nada con un revolcón en el heno”, reflexiona Strayed en su libro.