La construcción del Teatro del Lago de Frutillar comenzó tímida, hace 12 años. Los habitantes de Frutillar, a orillas del lago Llanquihue, han sido testigo de estas obras que parecían no terminar nunca. En agosto pasado, hace sólo tres meses, la sala principal del teatro aún estaba llena de andamios y polvo. Las chispas saltaban, retumbaban los martillazos y el aire olía a una mezcla de madera y pegamento. Hoy ya no hay más andamios ni contenedores en la entrada del teatro. Quedan sólo cuatro días para la esperada apertura, programada para el 6 de noviembre, que contempla la presentación, entre otros, de Verónica Villarroel, la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Chile y el jazzista cubano Paquito D'Rivera.

Nicola Schiess y Ulrich Bader son los principales artífices del proyecto. Nicola es hija de Guillermo Schiess, pionero empresarial de la zona de Llanquihue. Cuando en 1996 se incendió el Hotel Frutillar, hasta entonces sede de las Semanas Musicales de la ciudad, Guillermo Schiess se reunió con la corporación a cargo del evento cultural para hacer un teatro en el terreno del desaparecido hotel. Así nació este proyecto, que Nicola asumió en 1998, cuando falleció su padre. En 2007 entró al equipo su marido, el chelista y gestor cultural Ulrich Bader (actual director ejecutivo del teatro), y Nicola entró al directorio de la Corporación Semanas Musicales de Frutillar.

Con una inversión de 20 millones de dólares, el Teatro del Lago está cobrando su forma definitiva. Es el espacio para conciertos más grande que se ha construido en Chile en los últimos 60 años. La sala principal, llamada Espacio Tronador, tiene una capacidad similar a la del Teatro Municipal de Santiago, con 1.200 butacas. A eso se suman un anfiteatro y cinco salas para exposiciones. Lo tiene todo para realizar los más importantes conciertos y óperas en el sur del país y para acoger a las tradicionales Semanas Musicales.

Teatro inteligente

El diseño original del edificio fue realizado por Gerardo Köster y Gustavo Greene. Inspirado en la arquitectura típica local de influencia alemana, el teatro tiene cobre en el techo y madera de haya en el interior. En 2008, la oficina de arquitectos Amercanda siguió desarrollando el proyecto, encargándose de las terminaciones y de todo el diseño interior.

Aunque sin el peso que dan los años y la tradición, los teatros modernos tienen varias ventajas: pueden ser más eficientes energéticamente, tener flexibilidad para acoger todo tipo de espectáculos y contar con lo último en tecnología acústica. Bernd Haller, uno de los arquitectos de Amercanda, explica que para el Teatro del Lago han considerado estas variables, con paredes, techos y ventanales que aprovechan la luz del día y lo aíslan del frío. "Además, la sala principal tiene muros y cielo propios para aislarla acústicamente. No queremos llenar a Frutillar de música ni escuchar el ruido de la calle adentro", dice el arquitecto.

Para alcanzar estándares internacionales, se contrataron dos especialistas de primera. El experto en acústica alemán Karl-Heinz Müller, que ha trabajado para el Festival de Bayreuth, eligió la tela de las butacas e indicó el ángulo exacto en que debían colocarse los casi dos mil paneles acústicos. Mientras, el estadounidense Clifton Taylor (iluminador de Broadway y grandes teatros) creó un diseño de luces flexible para acoger desde conciertos de rock hasta óperas y ballet clásico.

"La luz trabaja en el subconsciente. Aunque el espectador no pueda hablar de la iluminación, siente algo gracias a ella. Por eso, cuando diseño siento que yo también estoy contando una historia", explica Taylor en la cafetería del teatro, con vista al volcán Osorno. Su labor, tradicionalmente considerada por debajo de la de escenógrafos y vestuaristas, ha jugado un rol fundamental en este teatro. El escenario no tiene un ancho suficiente para los enormes decorados de la ópera y el ballet. "La luz ha reemplazado a los decorados. Hasta los años 60 se usaron enormes telones para ambientar. Ahora, todo un cambio en la escenografía puede lograrse únicamente con buenos juegos de luces", concluye el diseñador.