Pensó que se trataba de spam y estuvo a punto de enviarlo a la papelera porque no entendía el idioma. Pero su chica de aquel tiempo, sí. Tradujo la respuesta escrita en alemán. Decía que Tilo Wolff, el compositor del dúo gótico Lacrimosa, estaba encantado con el reel -material de presentación- que el videasta Carlos Toro (31) les había enviado por mail y sin contacto previo, tras el anuncio de visita del grupo a Chile.
Para el comunicador audiovisual con mención en dirección de cine y televisión, nacido y residente en Quilpué, fue como obtener una llave que le abrió camino en el mercado europeo del heavy metal. "Ese paso fue fundamental para llegar a otras bandas, porque Wolff es amigo de 'Mille' Petrozza". Los fanáticos del thrash saben de quién habla. Petrozza es el líder de Kreator, una de las instituciones del género a nivel mundial, y que ha sido filmada bajo la dirección del chileno.
Apasionado del rock y el metal, Carlos Toro coleccionaba de niño videoclips en cintas VHS. Más tarde, siendo aún estudiante del Duoc en Viña, ya dirigía para artistas nacionales como Monik, Golem y Vigilante. Aunque algunos de esos artistas se distanciaban de sus gustos musicales, se las ingenió para imprimir su sello. "Mi estilo es oscuro. ¿Definirlo? Podría hablar de influencias. Mi director favorito es Darren Aronofsky. En videoclips, Floria Sigismondi, que trabajaba con Marilyn Manson, una estética que influenció en el metal".
Toro siguió filmando videos para artistas como María Jimena Pereyra, DJ Méndez, Sonora de Llegar y Giovanni Falchetti, hasta llegar al grupo argentino El Otro Yo en 2007. "Ahí me di cuenta de que se podía trabajar con bandas de afuera", dice. El primer intento fue contactar vía mail a los clásicos Cannibal Corpse, pero no funcionó. Entonces sucedió lo de Lacrimosa y el currículo saltó al extranjero, focalizado siempre en figuras metaleras. "Con ellos hice un clip de animación que se trabajó a distancia por un año. Luego salieron videos con Vader, Mercenary y Kreator, entre varios. Halford (el proyecto del cantante de Judas Priest) iba a hacer un DVD en vivo acá, pero al final fue poco público y todo se convirtió en un clip". En total, de 2006 a la fecha, Carlos Toro ha filmado unos 150 videos.
El punto de inflexión llegó con los suecos Therion. Otra vez, todo sucedió gracias al correo. "Le escribí a Christofer Johnsson (líder del grupo) y el tipo me dice que está componiendo en una casa en el bosque y que lo contacte a fin de año. Recién era enero. Pasa el tiempo, escribo y nada. Justo venían a tocar a Chile en dos meses. Reenvié, me contestan y grabamos en apenas tres horas, antes de la prueba de sonido. A Johnsson el video le gustó tanto, que hemos hecho seis. En mayo de este año sacamos un DVD completo, y se viene otro con un concierto en Chile, que sale en octubre o noviembre", explica. Para Therion, Toro grabó acá y también en Suecia, República Checa y Portugal. Uno de esos trabajos, Mon amour mon ami, fue nominado a mejor video de 2013 en los Metal Symphonique Awards de Francia.
"Obviamente, nuestros precios son muy buenos para ellos", comenta respecto de los presupuestos, para un equipo que, como máximo, considera a siete personas. ¿Precios? "Un video básico puede partir de US$ 5.000, y algo más elaborado, llegar a US$ 30.000. Todo depende del guión, lo más caro son los efectos visuales".
Ahora, ¿por qué estos grupos europeos graban en Chile? "Nuestro país es una isla. Entonces, cuando llega gente de afuera, los recibimos de otra forma. El público reacciona como loco, y muchas bandas quedan impactadas de eso. Geográficamente estamos al final del mundo, también es llamativo. Y lo otro es que los precios y el cambio les favorece". Por el contrario, la escena nacional va en reversa según el realizador. "El panorama es nefasto. Cada vez tienen menos dinero. Ahora, es un súper buen ejercicio tratar de hacer algo bueno con pocos recursos. Apelas más a tu creatividad".
En su currículo llama la atención, por ejemplo, la edulcorada cantante chilena María Colores. Así también, no todo ha sido metal en el último año. Dirigió para Illapu la versión de Aquellos tiempos de Jorge Drexler, single del último álbum del grupo nortino, Con sentido y razón (2014). En el video aparecen imágenes captadas en Valparaíso y Viña porque, en la medida de lo posible, Toro no se mueve de la V Región. "Sigo viviendo en Quilpué, aunque casi todos mis clientes son de Santiago. Los convenzo de venir a grabar a la zona porque hay mar, cerros, lagunas, ciudad, hasta nieve. En cambio, allá es complejo, porque cualquier locación sale plata. Tenemos muchos lugares y es más relajado".