LORENZO pensó que tras su separación podría disfrutar del tiempo libre para salir con amigos y hacer lo que quisiera. Pero después de más de una década de matrimonio, de dedicación casi exclusiva al trabajo y la familia, la soledad parecía no tener sentido. Al final -cuenta- se terminó aislando, pasando largas horas encerrado en su nuevo departamento de soltero, cuestionándose todo y con ganas de hacer nada. Es que la imagen del hombre independiente, ese que no necesita a nadie para ser feliz, que nunca llora y que prefiere salir a divertirse con los amigos ha dado paso a una nueva forma de masculinidad. Una fuertemente centrada en las emociones y la familia.
Nuevas investigaciones están comenzando a explicar este fenómeno, sobre el cual subyacen importantes diferencias en la forma en que ambos géneros valoran amigos y familia: mientras el bienestar sicológico de las mujeres en la etapa adulta aparece asociado a contar con una sólida red de amistad, para los hombres lo más importante es la vida familiar. Así lo señala un estudio dado a conocer en Gran Bretaña que siguió a más de 6.500 personas nacidas en 1958. Dicho de otro modo, el matrimonio parece beneficiar más a hombres que a mujeres.
Para entender estos resultados es necesario remontarse a la adolescencia, cuando hombres y mujeres comienzan a establecer distintas formas de relacionarse con sus amigos. Si ellas conservan una relación de intimidad con sus amigas, los hombres centran la relación en las experiencias evitando exhibir sus emociones. Es así que al llegar a la adultez ellos tienden a construir su autoestima exclusivamente en torno a los refuerzos positivos que obtienen de la pareja y no en la confianza depositada en las amistades, como sí ocurre con las mujeres.
Es así que los especialistas explican la mayor valoración que los hombres de hoy depositan en la familia. Por ejemplo en Chile, el Informe de Desarrollo Humano del PNUD 2010 revela que el 66% de los hombres afirma que vivir en pareja es fundamental para realizarse como persona, mientras que solo el 56,5% de las mujeres señala lo mismo.
Sexo débil
Una de las primeras señales que dieron cuenta de estas diferencias surgieron a partir del estudio de los quiebres amorosos. Las universidades de Wake Forest y del Estado de Florida realizaron un estudio con más de mil hombres y mujeres comprobaron que el impacto de una separación afecta más a los hombres: son ellos quienes experimentan consecuencias más traumáticas, como el abuso de alcohol o drogas. Para los hombres, la preocupación cotidiana de sus parejas resulta crucial y es la base de su autoestima. "Es de sus parejas que reciben mayoritariamente los refuerzos positivos, debido a que los hombres construyen relaciones más superficiales con sus amigos, que habitualmente giran en torno a temas de poca relevancia", señala la investigación.
Esto explica por qué ellos no se sienten cómodos compartiendo la tristeza o la nostalgia fuera del círculo familiar y terminan por sentirse solos cuando enfrentan una situación dolorosa. En el libro El paisaje oculto de las amistades de los niños, la directora de la Sociedad de Investigación sobre la Adolescencia de Estados Unidos, Niobe Way, explica que esta situación se debe a que la relación con amistades del mismo sexo cambia radicalmente en los hombres a partir de la adolescencia.
Tras más de 15 años de investigación, la autora concluye que hasta los 13 años hombres y mujeres mantienen similares niveles de intimidad y cercanía con sus amigos, se cuentan secretos, se llaman a diario y comparten todo. Pero a partir de los 15 años, los hombres comienzan a experimentar un cambio en los niveles de profundidad de la amistad: pierden la complicidad y comienzan a centrarse en "actividades, más que en confidencias", centrando sus esfuerzos en afianzar relaciones de pareja.
En contraste, las mujeres siguen creando relaciones íntimas con sus amigas, las que mantienen a lo largo de la vida. "Los hombres perciben que la sociedad les dice que las relaciones de pareja son las más profundas, y, por lo tanto, invierten todos sus esfuerzos en encontrar una", explica Niobe Way.
Hombre de familia
Según detecta el estudio británico, que fue publicado en la revista Epidemiology and Community Health, estas diferencias se mantienen hasta la adultez. La investigación señala que dos factores inciden en la valoración de amigos y familia que hacen hombres versus mujeres. Mientras para ellos la mayor igualdad de género ha significado que hagan suyas cualidades femeninas como la inteligencia emocional y la empatía, para ellas en muchos casos implica todas las dificultades que conlleva balancear el trabajo con la crianza de los hijos.
En Chile, por ejemplo, Informe del Desarrollo Humano del PNUD señala que mientras el 79% de los varones considera que tener hijos es fundamental para realizarse, solo el 75% de las mujeres se inclina por esta opción. Los especialistas explican que, además, las mujeres cuentan con redes de apoyo más amplias para enfrentar la vida sin un hombre a su lado, lo que incluye amigas, hijos y familia. Los hombres, al contrario, se sustentan gracias al afecto familiar.
Es tal la influencia de la familia para los hombres, que un reciente estudio de la U. de Albany señaló que ellos están, incluso, dispuestos a sacrificar su vida laboral y profesional por una relación de pareja, porque en ella encuentran el apoyo emocional que necesitan.