Señor director:

En carta a este medio, Catalina Besio dice que “la prevención del embarazo adolescente no debería abordarse como un tema de salud pública, como si fuese en sí mismo una condición indeseable o dañina”.

Concordando con ella en que no hay que discriminar a las jóvenes madres, quiero enfatizar que la prevención del embarazo adolescente, especialmente cuando no es buscado, es un tema muy importante en salud pública, pues estos embarazos conllevan mayor riesgo de morbimortalidad materna y riesgos para el futuro hijo.

Cuando señala que la llegada de un hijo “está muy lejos de ser una enfermedad”, deja de lado el concepto integral de salud que abarca no sólo aspectos físicos, sino que psíquicos y sociales. La evidencia muestra que los embarazos adolescentes tienden a concentrarse en los grupos más carenciados de la población, lo que contribuye a su mayor riesgo.

En ese sentido, tal como han señalado numerosos autores, el acceso de los adolescentes a educación sexual y consejería respecto de métodos anticonceptivos y medidas para prevenir enfermedades de transmisión sexual son fundamentales para promover su salud y fomentar su capacidad de decisión autónoma.

Se puede discutir si la instalación de la publicidad del preservativo a la que alude la carta tenga el impacto buscado, pero puede que contribuya a abrir espacios de discusión al interior de las familias.

Sofía Salas Ibarra

Programa de Etica y Políticas Públicas en Reproducción Humana, Facultad de Medicina UDP