Dos de los tres franquiciados de Coca-Cola en Chile decidieron unirse. Los principales accionistas de las embotelladoras Andina y Coca- Cola Polar (Kopolar) acordaron fusionar ambas empresas, en un pacto que dará a los socios de esta última compañía el 19,68% de la firma resultante.

El acuerdo considera el ingreso de la familia que lidera Eduardo Chadwick, socio mayoritario de Kopolar, al pacto de control de Andina, que hoy integran cuatro familias: Garcés Silva, Hurtado Berger, Said Handal y Said Somavía. Chadwick tendrá el 11,2% de Andina y se incorporará al directorio como vicepresidente, durante el primer año de perfeccionada la fusión.

La nueva compañía tendría el 72% de las ventas de Coca-Cola a nivel nacional -ya que en conjunto suman presencia entre Antofagasta y Magallanes, concentrando más de 60 mil clientes-, y se mantendrá como el tercer mayor operador de la marca en la región y séptimo en el mundo. En Chile el restante 28% corresponde a Embonor, de la familia Vicuña.

"La fusión refuerza la posición de Andina como uno de los embotelladores de Coca-Cola líderes en Latinoamérica, con operaciones en Argentina, Brasil, Chile y Paraguay", dijo Andina.

El acuerdo está sujeto al resultado de procesos de due diligence recíprocos, a las aprobaciones corporativas correspondientes, el visto bueno de Coca-Cola y a las autorizaciones regulatorias.

Mientras Andina facturó US$ 1.999 millones en 12 meses a septiembre, Polar anotó en el mismo período US$ 564 millones. Andina vale US$ 3.217 millones en Bolsa, mientras Kopolar se cotiza en US$ 564 millones.

La última operación entre embotelladoras de Coca-Cola en el país data de 1999, cuando Embonor compró las sociedades de Inchcape, representada por Embotelladoras Williamson Balfour.

Detalles del proceso

Los contactos iniciales entre ambas partes comenzaron hace cerca de un año, dijeron fuentes vinculadas al negocio, pero en los últimos seis meses se activaron las conversaciones más concretas, hasta que el 13 de enero, en sesión reservada del directorio de Andina, se designó a Gonzalo Said Handal como negociador, apoyado por JP Morgan Securities y al abogado de la empresa Juan Francisco Gutiérrez. A Chadwick lo representó Alfredo Alcaíno. Y el 31 de enero se informó al directorio los términos del acuerdo.

"Andina llevaba tiempo mirando posibilidades de crecer, dada su disponibilidad de caja, e intentó hacer un par de operaciones afuera, pero como no pudo concretar, optó por sondear oportunidades dentro del país, porque había espacio", explica desde la empresa.

Con este ánimo sondeó también a su otro competidor local, Embonor, pero asuntos pendientes en materia de libre competencia y su nivel de endeudamiento los inclinó por la opción de la embotelladora de los Chadwick.

Los accionistas estiman que la operación no debiera enfrentar objeciones de los organismos de libre competencia, por cuanto las licencias de Coca-Cola son geográficas y los territorios no se superponen, lo que hace que la fusión no suprima competidores. "Sólo mejora la capacidad de distribución de una empresa existente", asegura una fuente.

Aumento de directores

Uno de los temas más sensibles era satisfacer las exigencias de la Superintendencia de Valores en el ámbito de las preferencias accionarias, dada la compleja estructura de series de Andina a través de la cual el pacto de cuatro familias ejerce el control.

La fórmula que se conversó con la SVS fue aumentar proporcionalmente los directores; así, la serie preferente que elige un director, tras la operación tendría dos. Mientras la serie ordinaria A, del pacto, eleva de seis a 12 sus representantes.

El intercambio de nuevas acciones emitidas por Andina se hará a una razón de 0,33269 acciones Serie A y 0,33269 Serie B por cada acción de Polar.

Abogados del rubro dicen que el negocio permite a Andina sacarle lustre a la suma de los activos con la nueva administración que encabeza Miguel Angel Peirano, quien está haciendo una profunda restructuración. Mientras que Chadwick se sube a un vehículo con más potencial, en un contexto en que más temprano que tarde tendría que vender a un actor más grande.

Para Christopher Baillarie, analista de BCI Estudios, la fusión es "favorable", por el aumento de operaciones y las eventuales sinergias en las áreas de distribución, administración, producción y logística, tanto en Chile como Argentina. Ve riesgos acotados en materia de libre competencia, dado como funcionan las concesiones de Coca-Cola.