Señor director:

Susana Carey Claro, presidenta de Supermercados de Chile A.G., defiende la postura de no rigidizar con contratos la figura de "empaques" de supermercado, por los desincentivos que generaría a los estudiantes la posible pérdida de prestaciones de salud y becas de educación. Además, postula que la relación de los estudiantes es directa con quienes organizan sus actividades y que ningún supermercado cobra por esta prestación.

Es necesario clarificar una serie de comentarios. La posibilidad de pérdida de prestaciones de salud y becas de educación es falaz y no tiene ningún asidero. Carey no tiene ninguna estadística que muestre los quintiles de ingresos de las familias de los empaques con las cuales se entregan las becas del gobierno ni los seguros de salud de sus familias. Es probable que si estos empaques tuviesen el sueldo mínimo, tendrían en su gran mayoría mejores prestaciones de salud.

Es evidente que los empaques entregan un servicio recibido por los clientes del supermercado, lo que fue establecido en 1999 por la Dirección del Trabajo.

Hace 10 años eran los supermercados los que coordinaban la contratación a los empaques. Durante los últimos años, los supermercados han subcontratado a éstos mediante empresas que prestan este servicio. Estas compañías le cobran a los empaques por trabajar en los supermercados. Repito. Se les cobra por trabajar. Más aún, estos empleados no tienen las condiciones mínimas establecidas por la Dirección del Trabajo y los supermercados permiten esta situación, ya que ahorran los costos de administración de personal. Es decir, los estudiantes sí pagan indirectamente al supermercado por trabajar ahí, pero perdieron una serie de beneficios que tenían 10 años atrás.

Francisco Meneses P.

Magister Economía Aplicada U. de Wisconsin-Madison, Ex empaque Almac