Los contactos con inversionistas estadounidenses, el modus operandi de su casa de cambios y las instrucciones recibidas por empresarios vinculados al narcotráfico colombiano son parte de los antecedentes que entregó el 26 de mayo por primera vez a la justicia chilena el empresario Mauricio Mazza tras ser deportado de Estados Unidos.
El dueño de la casa de cambio Turismo Costa Brava estaba detenido desde 2007 en ese país, donde fue condenado a tres años de cárcel y una multa de US$ 10 millones por ingresar un maletín con US$ 2,5 millones sin declarar.
Mazza fue procesado por lavado de dinero, puesto que habría blanqueado US$ 280 millones de carteles colombianos por medio de una red conformada por familiares y correos humanos que trasladaban el dinero en efectivo.
"Nunca cuestioné ni me pareció extraño utilizar los correos humanos para trasladar dinero, esto fue para abaratar costos. Tampoco cuestioné el origen de los dineros, toda vez que venían de las casas de cambio", relató.
Mazza, quien pemanece detenido en la Cárcel de Alta Seguridad, declaró que en 2002 su primo Luis se integró al negocio y trajo a varios inversionistas extranjeros para inyectar capital. "Básicamente eran de Estados Unidos".
El empresario manifiestó que esto provocó que su negocio se expandiera.
Recordó que su primo estaba encargado de los negocios en Colombia y Perú, específicamente con Franklin Ladino y Jaime Bronstain, ambos detenidos casi un año después de que se desbarató la red en Chile por sus vínculos con el lavado.
Incluso, describió que los negocios se pactaban de palabra por internet, por vía msn, y que los dineros eran enviados por un familiar de Ladino en una maleta, la que era declarada al entrar a Chile y entregada a la casa de cambios. Allí Mazza reunía euros y otras monedas y realizaba un viaje a Estados Unidos para convertirlos en dólares y, luego, depositarlos en sus cuentas.
En su tesimonio, agregó que su empresa tuvo cuatro cuentas bancarias en el extranjero, porque en Chile, "a medida que los investigadores iban consultando por nuestra empresa, los bancos comenzaron a cerrarlas ".
"Tanto a mi hijo Daniel como a mi hermano José no les gustaba (el sistema), porque los ponía nerviosos", dijo.
Grabaciones
Incluso recordó que durante el juicio en EE.UU. se dio a conocer una escucha telefónica que mantuvo con su hijo antes de que saliera rumbo a ese país con el dinero en maletas. "Mi hijo tenía que juntar todos los paquetes y hacer uno solo y, por la premura, no podía sacar las divisas que venían de Colombia (...). Mi hijo me manifestó que no quería viajar y le señalé que viajara nomás, que no importaba cómo fueran las bolsas".