"Nunca habíamos visto algo parecido, estábamos en shock". David Stuart, profesor de Arte y Escritura Mesoamericana de la Universidad de Texas-Austin, tenía antes sus ojos tres murales repletos de pinturas con figuras humanas y un calendario maya con ciclos lunares y planetarios realizado por un escriba hace 1.200 años, es decir, unos 500 años antes que el código de Dresden: un manuscrito de 39 páginas, del cual se extrajo la mayoría de las cosas que se saben de esta civilización americana.

El hallazgo -en el que también participó William Saturno, de la U. de Boston- fue realizado en las ruinas de Xultún, una mega ciudad del período clásico maya que hoy está cubierta por la selva de Guatemala y según los expertos representa al calendario astronómico maya más antiguo del que se tenga registro.

El calendario consta de uno de tipo ceremonial maya de 260 días, otro solar, de 365 días, el ciclo de Venus de 584 y el de Marte, de 780. En total, tiene dos millones y medio de días o 7.000 años, lo que según los expertos corresponde a la mayor compilación de la sabiduría astronómica que manejaban los mayas. Stuart agrega un dato: tanto el código de Dresden como mural descubierto comparten un sinfín de códigos.

El mito de 2012

En la rueda de prensa donde los científicos dieron a conocer ayer su hallazgo, en EE.UU., fue inevitable la pregunta sobre la tesis del fin del mundo que revelaría el calendario maya conocido hasta hoy.

Stuart explicó que los mayas tenían calendarios de ciclos, que se repetían una y otra vez. Los calendarios mayas hasta ahora conocidos hablaban de 13 ciclos, el último de los cuáles acababa -supuestamente- en diciembre de este año. Este nuevo calendario tendría unos 17 ciclos. "Es como el odómetro de un auto. Cuando llega al final no desaparece, si no que vuelve a empezar. La sociedad occidental ha hecho mucha ficción sobre los mayas y sobre esto", respondió.

Dibujo de un rey

El calendario no es lo único que hallaron en la cueva en Xultún. Junto a los símbolos matemáticos y de representaciones de lunas, Venus y Marte, en las murallas habían pintados dibujos humanos en buen estado, pese a que la cueva estaba bajo tierra y a que fue arrasada por saqueadores.

Una de las figuras muestra la imagen de lo que parece ser un rey adornado con plumas y figuras mayas, además de hombres pintados de color negro, que lucen vestimentas especiales. Según los investigadores, las pinturas también serían el registro más antiguo conocido. La investigación, apoyada por National Geographic y publicada en la revista Science, seguirá siendo profundizada por los investigadores, quienes planean analizar en detalle los códigos.