Encélado, una de las 62 lunas de Saturno, es un mundo frío, bajo cuya superficie congelada hay un océano líquido que podría albergar vida. De unos 500 kilómetros de diámetro, el satélite se convirtió en uno de los objetos más intrigantes del Sistema Solar cuando la sonda Cassini, que explora Saturno, detectó columnas de vapor de agua procedentes del polo sur. Desde entonces, expertos buscan saber más de lo que allí sucede.

"Las columnas son una muestra directa de la subsuperficie del océano, donde las condiciones son apropiadas para la vida, como las bacterias que se dan bien en ambientes extremos. Es probable que la vida se haya desarrollado, ya que hay agua y una muestra definida de esta agua subiendo hacia el espacio a la espera que la examinemos. Es uno de los mejores lugares para sondear vida extraterrestre bajo la superficie", dice Richard Mathies, biofísico de la U. de California en Berkeley, quien trabaja en un proyecto para llevar un instrumento hasta Encélado.

Europa -una de las lunas de Júpiter- también tiene un océano global bajo su superficie helada, y es otro lugar del Sistema Solar que podría tener vida, pero la capa de hielo que la cubre tiene unos 50 km de espesor. La corteza de hielo en Encélado, en cambio, tendría entre 5 y 10 km de grosor "y líquido a una profundidad de menos de 2 km", dice Bernd Dachwald, profesor de la U. de Ciencias Aplicadas, de Aachen, en Alemania, líder de un proyecto que propone una sonda para explorar la luna.

Ambas opciones estuvieron entre las expuestas en una conferencia sobre Encélado realizada en julio en Boulder, Colorado, donde se discutieron las opciones de una misión al satélite. La Nasa ya prepara un llamado para recibir propuestas, que está próxima a anunciar.

¿Qué instrumentos debería tener la misión? "La respuesta corta es 'los mismos que tiene Cassini, pero mejor'", dice Alexis Bouquet, experto de Southwest Research Institute en San Antonio.

"Ahora es posible construir instrumentos más avanzados que respondan preguntas más difíciles", agrega. Una misión debería tener cámaras de alta resolución y ver un amplio espectro (luz visible, infrarroja, ultravioleta), además de un espectrómetro de masas para ver la composición de los gases y un magnetómetro, para analizar su campo magnético.

Bouquet dice que hay otras opciones, "pero la tecnología no va a estar madura y lo suficientemente barata para una próxima misión". Antes, dice, vale la pena obtener respuestas de los datos obtenidos por Cassini, en vez de esperar una misión que no ocurrirá en años.