Lucio Brunelli es vaticanista desde hace décadas para la cadena pública de televisión RAI y fue uno de los primeros en señalar que el Papa Francisco podría nombrar a Pietro Parolin como nuevo secretario de Estado del Vaticano.
¿El Papa Francisco está cambiando trozo por trozo la Curia romana?
La época de Bertone se cierra también por cuestiones de edad. El 2 de diciembre del año que viene el actual secretario de Estado alcanza la edad de la jubilación, al cumplir los 80 años. Pero está claro que hay razones más profundas bajo este gesto. Los cardenales reunidos antes del Cónclave mostraron la urgencia de cambiar la Curia, preocupados por los escándalos de corrientes de poder y antagonistas que la sacudieron. Así que el Papa sabía que debía sustituir el principal protagonista de aquel tipo de Curia: Bertone. Parolin es hijo de la mejor diplomacia vaticana y siempre mantuvo un perfil independiente de los bandos de poder internos al gobierno central. En el viaje a Brasil, el Papa Francisco dijo que en la Curia veía a personas santas y a otras menos. Parolin pertenece a aquel primer grupo en la mente de Jorge Bergoglio.
¿Cuáles son sus cualidades? ¿Cómo es?
Es un hombre reservado, discreto y muy dedicado al trabajo. Se prepara mucho y luego lo lleva a cabo persiguiendo una línea concreta y de realismo, que siempre mete el diálogo en el centro. Es comedido, no gritón, siempre mesurado. Obtuvo resultados increíbles de distensión y acercamiento en Vietnam (como vicesecretario de Estado). También en China. Hasta cuando lo levantaron de su cargo y lo enviaron a Caracas. Fue una promoción, porque Benedicto XVI lo nombró arzobispo, pero muchos leyeron en aquella decisión una manera de arrinconarlo, de alejarlo del centro de poder en Roma.
Pocos días después de la elección del Papa Francisco al solio de Pedro, usted nos contó que Parolin estaba entre los favoritos para relevar el puesto de Bertone, ¿por qué?
El Papa necesita a un hombre nuevo, distinto. Tiene que cambiar por completo la Curia y necesita a alguien que la conozca bien, sin estar demasiado involucrado y en el cual él confíe por completo. Parolin es perfecto.
¿Fue entonces una decisión del Papa Francisco?
Creo que siempre tuvo en mente ese nombre. Tardó cinco meses en hacerlo, porque escuchó a más personas. Pero para el Pontífice, Parolin es un óptimo diplomático y un óptimo sacerdote. Estima su experiencia y sus capacidades profesionales y técnicas. Pero también lo valora como hombre de fe. Estoy seguro de que esta decisión fue muy meditada, pero se remonta a meses atrás en la mente del Papa.