Cuando recuerda la obertura de la segunda noche del Festival de Viña del Mar 2016, la carcajada, allá en Milán, sale espontánea. Aquel video en que un grupo de famosos chilenos -Rafael Araneda y Carolina de Moras incluidos- tarareaban desafinadamente sus éxitos bajo la ducha fue una grata sorpresa para él. "Me ha gustado mucho porque después pude encontrarme con los que cantaron Cosas de la vida. He vivido esta experiencia en Viña del Mar mucho mejor que en 1998, cuando estaba más confundido, cuando era más joven", repasa Eros Ramazzotti; la voz italiana que le entregó parte del prestigio internacional a la última edición del certamen viñamarino, y quien alista una visita próxima al país: el 18 de junio en el Movistar Arena (Puntoticket). Una parada dentro de la gira internacional que acompaña a su último disco, Perfecto, su decimotercer álbum de estudio, y donde unirá este último trabajo con una revisión por sus tres décadas en la música.

¿Cómo definiría su último disco?

Imperfecto -ríe-. Es un álbum donde se toca mucho. Tiene mucha música. Las letras son bonitas. Es distinto a lo que se escucha normalmente. Y con esto, no quiero decir que sea mejor, pero la verdad es que es distinto porque en la música se está escuchando mucha electrónica y en este disco intentamos reducirlo al mínimo.

¿Es un álbum mas acústico?

Sí. De seguro mucho más acústico que electrónico. Hay muchos músicos, de mucho talento, que tocan en este disco. Y he decidido, en este momento, cuando la música se puede hacer de forma fácil y con poco dinero, invertir y gastar dinero para hacerlo de esta forma.

¿Por qué?

Porque las canciones nacieron y crecieron de esta forma. Con instrumentos verdaderos. Pero también habría podido ser un álbum muy electrónico y las canciones tener muchas cualidades positivas.

¿De qué modo se está preparando para Latinoamérica?

Normalmente repaso las canciones para español, pero no es fácil. Primero voy a Brasil, donde cantaré en italiano, y luego tendré que pasar al español. A mí, la verdad, solo me gusta el español, porque los otros idiomas, como el inglés o el portugués, por ejemplo, no se me dan. Son bonitos, pero difíciles.

¿Cómo siente que ha sido la recepción de su último disco?

Lo ha recibido bien. Sobre todo si consideramos el momento en el que vivimos: tenemos una crisis muy fuerte en Italia, y en el mundo también. Entonces, y considerando el momento en el que vivimos, tener un buen éxito con el disco y la gira, significa un buen trabajo,

Tras 30 años de carrera, ¿cómo ha evolucionado, a su juicio, lo que es el pop en el tiempo?

Podemos decir que, con internet, el escenario a nivel mundial ha cambiado, y también, por consiguiente, la música. Ahora es mas fácil sacar discos, álbumes y tener éxito; pero la verdad es que hay mucha confusión. Hoy en día es difícil cumplir treinta años de carrera. Es decir, hace 30 años habían ocho o diez artistas y se conocían. Ahora, en este momento, podemos decir que hay mil artistas y es muy difícil encontrar los verdaderamente buenos. Parece que todo el mundo está sacando discos y está teniendo éxito, pero no tenemos el gusto de ir, escoger y entender lo que es verdaderamente bueno.

¿Pero el hecho de que existan muchas más bandas, muchos más artistas, no hace que el panorama musical sea mucho más rico en cuanto a variedad?

Mi sensación, y con esto no quiero decir que es la verdad absoluta, es que lo que he estado escuchando me parece bastante llano. Me parece que se parece mucho. Hay muchísimos artistas, y con esto no me quiero referir a Stevie Wonder ni gente de esa generación, quienes pertenecen a otra categoría, quienes nos gustaban por cómo tocaban la batería, o un saxo o un teclado. Ahora, es distinto. Porque la música, además, la escuchamos en un teléfono. Hace 30 años, normalmente, se tocaba con músicos, con bajistas buenos. Ahora con el ordenador e internet todo ha cambiado.

¿En dónde cree que estará en diez años más?

La vida de un artista en general es dar entrevistas, hacer giras, hacer discos. Esta es mi vida. Me he acostumbrado. Me gusta. Puedo decir que, en diez años me veo así. Mi carácter y mi personalidad van a ser las mismas.