No se trata sólo de tener dolor de cabeza, problemas digestivos, mucha sed y cansancio. La resaca, ese estado de malestar general que se experimenta después de haber bebido alcohol en exceso, también tiene consecuencias en la memoria y en la capacidad de atención y concentración de las personas, aun cuando no sean bebedores crónicos y hayan pasado varias horas desde la ingesta de alcohol.

Así lo demostró un estudio realizado por la U. de Keele, en Reino Unido, cuyos resultados preliminares fueron dados a conocer ayer en un congreso en esa casa de estudios.

Según las pruebas realizadas por los expertos, dirigidos por Lauren Owen, una persona que está con resaca tiene entre cinco y 10% menos rendimiento en su memoria de trabajo y un incremento de 30% en los errores en tareas simples. No es todo. Sus tiempos de reacción también son más lentos: una persona de 20 años responde como una de 40.

Lo anterior muestra, dicen los expertos, que durante la resaca hay fallas en el funcionamiento cognitivo que hay que considerar, ya que éstas podrían poner en riesgo a la persona. En declaraciones al diario británico The Telegraph, Owen dijo que hicieron una batería de pruebas neuropsicológicas con las que esperan ver todas las funciones cerebrales que pueden deteriorarse.

¿Qué es resaca?

Se entiende como resaca todos aquellos síntomas que permanecen después que los niveles de alcohol en la sangre vuelvan a cero e incluyen dolor de cabeza, mareos, acidez y sed, entre otros.

Según explica el neurólogo de la Clínica Alemana, Arnold Hoppe, "el alcohol provoca una efecto depresor en el cerebro y cuando los niveles de alcohol disminuyen, se pasa del efecto sedante a un efecto de rebote que implica una hiperexcitabilidad neuronal".

Esto puede ir desde una crisis de tipo epiléptica -aunque el individuo no sufra esta enfermedad- a migrañas. "La respuesta jaquecosa se manifiesta por un dolor de cabeza severo que habitualmente tiene un carácter pulsátil, como si el corazón estuviera latiendo en el cerebro, sensación nauseosa y sensibilidad extrema a todos los estímulos: luz, sonidos y, eventualmente, olores", explica.

Según Hoppe, los problemas de memoria y de ejecución de tareas que ocurren en el bebedor crónico se deben al deterioro cognitivo causado por el daño tóxico degenerativo asociado al alcohol.

En el caso de quien bebe alcohol en exceso en una jornada (bebedor agudo), las dificultades para realizar tareas mentales o físicas son debido al fenómeno migrañoso de la resaca. "Esto genera dificultad para poner atención y mantener la concentración y, por lo tanto, dificultades para manejar autos o máquinas. En este estado es frecuente tener accidentes torpes, simplemente por no poner atención".

Juan Carlos Ríos, director Ejecutivo del Centro de Información Toxicológica (Cituc), dice que el tiempo que demore el alcohol en dejar de circular por la sangre depende de muchos factores, como la cantidad de alcohol ingerido, el tipo de alcohol (algunos pueden contener metanol, que es más tóxico para el cerebro) y el tamaño corporal de la persona.

Por esta misma complejidad, Ríos dice que es difícil establecer un límite que permita definir cuándo ha terminado la resaca, por lo que conducir vehículos u operar maquinaria puede significar un accidente para quien bebió en exceso la jornada anterior, pues las habilidades cognitivas finas continúan afectadas, aunque ya se haya metabolizado todo el alcohol en el cuerpo.