Cuando Bill Clinton, ex presidente de los EE.UU, admitió ante las cámaras de TV que había sido infiel, las miradas se concentraron en una persona: su esposa Hillary. Pero lejos del escándalo que todos esperaban, lo único que se vio fue a una mujer tranquila y dominando sus celos.
¿Cómo logró controlarlos? Los científicos sostienen que este comportamiento responde a las diferencias que tienen los sexos para enfrentar los celos y las traiciones amorosas: las mujeres son más intolerantes en situaciones de infidelidad emocional, mientras que en los hombres no soportan un desliz sexual.
¿La evolución?
Esta conducta estaría justificada por la evolución humana: Los hombres toleran menos la infidelidad sexual, ya que por miles de años no pudieron saber, por ejemplo, si eran los verdaderos padres de sus hijos, por lo tanto siempre estuvieron más atentos a este aspecto. Mientras que las mujeres soportan menos la infidelidad emocional, porque saben que esta sí puede alejar definitivamente a su compañero y dejarlas solas en la crianza de niños.
Así lo revela un estudio de la Universidad Estatal de Pennsilvania (EEUU) que, sin embargo, agrega datos nuevos a esta tesis, al sostener que la seguridad emocional también juega un rol fundamental en los celos.
En su investigación entrevistaron a 416 personas, a las que les preguntaron qué tipo de infidelidad le era más intolerable y qué tipo de apego y seguridad emocional tenían en su relación.
Si bien, el 75% de las mujeres dijo que toleraría menos una traición que involucrara sentimientos, confirmando la teoría evolutiva, aquellas que tenían menos seguridad emocional votaron por la infidelidad sexual. En los hombres ocurrió al revés: el 53% dijo que sus celos serían inmanejables si descubrieran que su pareja tuvo un desliz sexual, pero aquellos que dijeron lo contrario, fueron los que aseguraron tener más confianza en su capacidad de establecer lazos emotivos y que por ello, resentirían mucho más ese tipo de traición.
Los expertos dicen que ello explica por qué, al margen del sexo, hay personas que están más dispuestas a perdonar una traición sexual: los que tienen más seguridad emocional tienen más confianza en sus lazos emotivos, por lo que saben que un affaire sexual no es más que eso. Lo que podría explicar también la actitud de Hillary.
Al contrario, cuando no hay seguridad en el apego, el plano sexual toma total relevancia. "Los hombres, en general, quieren dar vuelta la página rápidamente si es que han cometido una infidelidad. Las mujeres tratan más de recomponer la relación. Le dan mucho más importancia a las emociones, pero hay excepciones en ambos casos", dice el siquiatra Lister Rossel, de Clínica Las Condes.