¿Cuántas veces le ha pasado que al ver a una persona en la calle reconoce su cara, pero no recuerda su nombre? Este episodio, que es muy común, ahora tiene una explicación científica, según un estudio de la U. de Bristol. Se sabe que la corteza perirrinal es crucial en nuestra capacidad de reconocer si un objeto es conocido o nunca lo habíamos visto. Así, cuando vemos a alguien y nos parece conocido, es porque se activó esta zona del cerebro. Pero inmediatamente, nuestro cerebro trata de recordar el lugar o momento particular en que ese rostro quedó archivado en nuestra memoria, con el fin saber de quién se trata.
Los científicos descubrieron que para lograr eso, la corteza perirrinal, el hipocampo (que es muy importante para el reconocimiento de lugares),y la corteza prefrontal medial ( asociada con funciones cerebrales mayores) deben trabajar simultáneamente y que no basta su trabajo por separado. Cualquier fallas en ese circuito impide darle contexto a una cara y, por ende, recordar su nombre.
"Estamos muy emocionados de descubrir este importante circuito cerebral. Ahora estamos estudiando cómo se procesa la información de la memoria en nuestro interior, con la esperanza de que podamos entender cómo es el sistema de nuestra propia biblioteca interna", dijo Clea Warburton, autora principal del estudio en el sitio web de la Universidad de Bristol.
Es su investigación, publicada en el Journal of Neuroscience, los científicos examinaron en un grupo de ratones la función del hipocampo en las tareas de reconocimiento de recuerdos y cómo esta zona interactúa con las cortezas perirrinal y prefrontal medial.
Para ello, analizaron cómo funcionan en el cerebro dos tipos de memoria de reconocimiento: la del "objeto en su lugar" (dónde dejamos las llaves) y la de "reconocimiento del orden temporal"(dónde las vimos por última vez).
Los expertos se dieron cuenta que ninguno de los dos recuerdos podía formarse si la comunicación entre el hipocampo y ambas cortezas se había roto. En otras palabras, la desconexión de estas regiones nos vuelve incapaces de recordar tanto el lugar donde vimos los objetos, como hace cuánto tiempo. Así, cuando reconocemos a alguien en el supermercado, pero no recordamos su nombre, esto puede deberse a que sabemos que hemos visto a esa persona en otra parte, pero no sabemos dónde ni cómo se llama. Esa dificultad para recordar, dice Warburon, puede deberse a que la conexión entre estas regiones pueden volverse defectuosa con los años, o que quizás una porción del circuito cerebral no está funcionando bien, dice.
Los expertos creen que este hallazgo será útil para saber qué pasa con las personas que sufren alzheimer u otras patologías similares.