La medición partió así. A las ocho de la mañana del 23 de marzo, cuatro personas se reunieron en Avenida Ossa N° 1000, en la comuna de La Reina, para partir, 24 minutos después, hasta la Unidad Operativa de Control de Tránsito, en Providencia.
Una hizo el trayecto en automóvil, la otra en Metro, la tercera en un bus de Transantiago y la cuarta, en bicicleta. Una vez en el destino, en calle Santa Beatriz, se determinó qué medio de transporte era el más eficiente, según el orden de llegada.
La medición la registró la ONG "Arriba 'e la Chancha": el primero en llegar fue el ciclista, quien se demoró 22 minutos en hacer la ruta de 6,7 kilómetros. Seis minutos después llegó el pasajero del Metro y 11 minutos más tarde se estacionó el automóvil particular. En último lugar llegó el voluntario que se trasladó en bus.
Amarilis Horta, directora del Centro de Bicicultura, dice que los resultados de esta medición de eficiencia del transporte público "no son para nada raros", porque en casi todas las ciudades donde se hace el estudio y en los últimos 10 años, "gana la bicicleta".
Horta añade que si se compara la bicicleta con otros medios de transporte en recorridos inferiores a los ocho kilómetros o en distancias que se cubren en menos de 30 minutos, ésta siempre tiene una ventaja significativa. Esto, pues los costos de traslado y de mantención son inferiores. Claro está: con la bicicleta no se paga TAG ni tampoco combustible.
En comparación con la medición anterior, los tiempos de viaje disminuyeron en hasta 15 minutos para las bicicletas y los pasajeros del bus, pero aumentaron para los automovilistas y para quien viajaba en Metro.
Según cuenta el vocero de la agrupación "Arriba 'e la Chancha", Claudio Olivares, la medición contempló la "distancia promedio" que recorren diariamente los santiaguinos. Explica que los problemas como los tacos, el Metro lleno y la falta de estacionamientos se tomaron en cuenta "porque así es el día a día".
Olivares cuenta que, desde que se realiza la medición se han detectado cambios en los comportamientos de los automovilistas y de los ciclistas (según el INE, son más de 900 mil en Chile). Sin embargo, sostiene que aunque en los últimos dos años se han construido 101 km de ciclovías, la ciudad está construida para los automovilistas, por lo que aún hay trayectos complicados para los ciclistas y arterias con alta afluencia de vehículos que se deben evitar.
Horta añade que en los últimos años ha habido un cambio en la valoración y ahora la bicicleta "es vista como un medio de transporte, cuando antes sólo era un pasatiempo".