"Según los estándares internacionales, una persona que verdaderamente tiene control sobre su vehículo y, por lo tanto, lo conduce, tiene más de 100.000 kilómetros recorridos en el cuerpo. Es decir, una parte pequeña de quienes manejan en Chile: vivimos en un país de aprendices y aficionados".

La afirmación de Alberto Escobar, gerente de asuntos corporativos de Automóvil Club, da cuenta de un panorama poco alentador en seguridad vial para los chilenos. Según las evaluaciones periódicas que realiza la organización, la nota para el conductor chileno es un 3,5. Y la mala evaluación, según sus balances, bien se fundamenta.

"Hay una mezcla de características psicosociales que se relacionan con la arrogancia. Los conductores en Chile creen manejar bien y les gusta hacerlo notar manejando rápido, tomando riesgos. Somos, además, competitivos y explosivos", agrega Escobar.

Para él, parte de la explicación radica en que la mayor parte de los conductores son de primera generación, es decir, los primeros de sus familias en tener un vehículo, lo que implica falta de vínculo con el volante. Eso se suma a características culturales, como la competitividad y el arribismo.

Las estadísticas de Automóvil Club acompañan el análisis: el 90% de quienes obtienen la licencia de conducir no conoce todas las señalizaciones. El 80% de los conductores ha sido infraccionado con un parte. Además, más del 50% conduce a alta velocidad. Y como si no fuera poco, se estima que todos cometen una falta grave o gravísima al día.

"Los conductores chilenos estamos lejos de ser un ejemplo. Al momento de subirse al auto, muchos conductores presentan conductas arrogantes y se olvidan de que existen peatones, ciclistas e incluso otros conductores a su lado. Tenemos una gran falta de cultura vial, lo que no se construye de un día para otro", explica la secretaria ejecutiva de la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset), María Francisca Yáñez.

La entidad también tiene estudios que permiten dibujar al conductor nacional: en una encuesta de Conaset revelada por La Tercera en febrero, el 48% de los conductores admite conducir a alta velocidad y el 29% dice que conduce sin cinturón de seguridad (ver infografía).

Con estos y otros datos en mano, Conaset diseñó un plan denominado "Manéjate por la vida", que busca generar un cambio cultural y conseguir una reducción de 20% en los accidentes fatales hacia 2014.

"El desarrollo de una nueva cultura requiere, al menos, de tres componentes: mejores leyes, mayor fiscalización y control en calles y carreteras, y mejor educación vial. En este sentido, el programa de seguridad vial 'Manéjate por la vida' tiene como objetivo ayudar en este cambio cultural, acercando a todos los ciudadanos a conductas más seguras y responsables", agrega Yáñez.

Francisco Fresard, ingeniero investigador del área de estudios de Transporte y Logística del Dictuc, difiere. Para él, "no es correcto definir a los chilenos como malos conductores, a diferencia de las autoridades que pretenden hacer seguro el sistema porque existen personas malintencionadas. Yo creo que los conductores chilenos son personas normales en un sistema complejo", opina.

A su juicio, el gobierno debiese realizar estudios sobre la causa de los accidentes antes de implementar políticas de seguridad vial.