Mantener una dieta sana y equilibrada es cinco veces más probable cuando se tiene un amigo que también come sano. Lo mismo pasa con el trabajo: es siete veces más probable mantenerlo cuando se tiene un "mejor amigo" en la oficina. Y al llegar a la vejez, si usted tiene un buen círculo de amistades hay un 60% más de probabilidad de conservar la buena salud. Esto son sólo algunos de los hallazgos científicos que confirman las ventajas de la amistad: los efectos positivos llegan a ser tanto o más poderosos que los descritos para el matrimonio o la familia.
Pese a ello, es precisamente la amistad la que menos atención ha recibido por parte de los especialistas que estudian el comportamiento humano. Porque si bien se ha indagado en algunos efectos positivos para la salud -tener amigos se asocia incluso a una mayor supervivencia al cáncer-, hasta ahora nunca habían sido analizadas las claves que permiten mantener a los amigos. De ahí la importancia de un reciente estudio de la Universidad canadiense de Wilfrid Laurier: No es saber los gustos de nuestros amigos lo que nos ayuda a mantenerlos ni tampoco compartir todos los intereses o preferencias. Lo que asegura una amistad duradera es conocer bien aquello que les molesta.
¿Qué te hace enojar?
Previos estudios señalan que también es importante saber "decir no", compartir hobbys o intereses y expresar gratitud cuando corresponde. Esta última es una de las emociones positivas que han mostrado ser más efectivas a la hora de causar una buena impresión en otros, ayudando a crear un ambiente de mayor confianza entre los amigos. Llama la atención que, a diferencia del amor romántico, la amistad no requiere del factor "proximidad" para generar efectos positivos según han establecido otras investigaciones.
El estudio canadiense reclutó a estudiantes universitarios que debían responder una serie de encuestas junto a alguien que consideraran su amigo. Todos debían contestar un cuestionario que incluía una lista de comportamientos con potencial de "gatillar" enojo, ya sean situaciones o actitudes de otros: la ingenuidad, la desconfianza, el escepticismo, timidez, la falta de honestidad y perfeccionismo excesivo, entre otras. También se les consultaba si creían que su amigo era extravertido, tímido o alegre. Resultó que la mayoría podía opinar sobre estos últimos rasgos, pero no todos sabían qué cosas molestaban a sus amigos.
Para sorpresa de los investigadores, aquellos que conocían estos "gatillantes" del malestar en sus amigos eran coincidentemente quienes tenían una mejor y más duradera relación de amistad. "Eso es lo que hace la diferencia en una amistad", explica la sicóloga de la U. Wilfrid-Laurier, Chariti A. Friesen. "Mostraron en los estudios tener menos conflicto y mayor satisfacción con la relación", agrega la especialista. En última instancia, concluye el estudio, identificar aquello que molesta a otra persona es un factor clave si desea conocer a fondo su personalidad y empatizar con ella.
Uno de los aspectos interesantes de este estudio es que agrega evidencia a la corriente sicológica que afirma que para mantener una relación, sea ésta de amor o amistad, se requieren habilidades que pueden ser aprendidas. Un reciente estudio de la U. estadounidense de Florida State, por ejemplo, determinó que expresar agradecimiento cuando una situación lo amerita fortalece la relación de amistad o pareja. La investigación, que mediante encuestas analizó este factor en la vida diaria de las personas, concluye que se genera una visión positiva en el otro, lo que lleva a la persona a querer "invertir más" en prolongar esa relación en el tiempo. Junto con ello, las personas sienten más confianza para hablar de los asuntos que les preocupan, lo que también incide en preservar por más tiempo una relación como la amistad.
Decir que no
La sicóloga social Susan Newman, autora del libro The Book of No, explica en dicho texto que para mantener una buena relación con los amigos resulta también clave saber cuándo decir no. Según argumenta, en muchos casos se opta por decir que sí a un amigo para evitar conflictos o agradar. El problema, dice, es que al decir siempre que sí no se fijan límites, lo que puede llevar en muchos casos a que una de las partes abuse de la confianza, perdiéndose el sentido de la amistad y generándose un quiebre en la relación. La experta recomienda ser amables, pero ser firmes y no dar pie a excusas que puedan permitir al otro insistir en sus peticiones.
Otro dato importante a tener en cuenta es que son los hobbys e intereses en común lo que ayuda a generar y fortalecer los lazos de amistad, pero sólo mientras estas aficiones se cultivan. Fue lo que estableció un estudio de las universidades británicas de Southampton y Londres, que fue realizado a través de redes sociales como Facebook y Twitter. Analizando los grupos que se crean en torno a modas y tendencias, se pudo apreciar que cuando estos intereses cambian, las personas tienden a cambiar su círculo de amistad también.
Utilizando modelos computacionales, pudieron así apreciar también que los llamados "círculos" de amigos también son indispensables en la duración de una amistad: Cuando el intercambio es fugaz los miembros pierden contacto en corto tiempo, sin embargo, cuando se prolongan en el tiempo, las relaciones entre los miembros del grupo se fortalecen, extendiendo la amistad indefinidamente.