El tsunami causado por el terremoto ocurrido en Japón, el pasado 11 de marzo, generó una alerta en todos los países que tienen costas en el océano Pacífico. Ello, gracias a un sistema de boyas llamado Dart, que detecta las variaciones en el mar provocadas tras un sismo, lo que permite alertar a la población cercana de la llegada de las olas con hasta 20 minutos de antelación.
Sin embargo, este sistema se encuentra instalado sólo en el Cinturón de Fuego del Pacífico y concentrado en algunas regiones costeras de EE.UU. y Asia. De hecho, frente a la costa continental chilena hay una sola boya.
De allí que contar con un sistema que pueda medir y alertar sobre estos fenómenos en todo el mundo se ha vuelto una prioridad, que la Agencia Espacial Europea (ESA) espera resolver, a través de una red de satélites que, además de cubrir todas las costas del mundo, podría entregar información con 30 o más minutos de antelación sobre la llegada de las olas a las costas, explicó Manuel Martín-Neira, ingeniero que desarrolla el sistema desde 1993 para la ESA, al diario El Mundo.
El proyecto, llamado Passive Reflectometry and Interferometry System (Paris, por sus siglas en inglés), medirá en tiempo real, y a través de 10 satélites, la altura y las variaciones de los océanos del planeta, aprovechando la información de la actual red de 50 sistemas globales de navegación por satélite (GPS y Glonass) que existen en el mundo.
La idea es que los 10 satélites Paris procesen esta información a través de altímetros, que permitan medir segundo a segundo las fluctuaciones en las masas de agua. No es todo. Según los investigadores, podrían construir mapas mundiales de la altura de la superficie del mar y hacer mediciones de viento y oleaje sobre diferentes territorios -como hielo marino y casquetes polares-, evitando obstáculos como la humedad de la superficie u objetos en la tierra. Otra ventaja es su bajo costo. Los expertos calculan el valor total del sistema en 50 millones de euros, ya que los satélites Paris necesitan orbitar la zona baja de la Tierra, lo que significa que cada uno de ellos podrá mapear todos los mares del planeta 14 veces por día.
Alta precisión
Los tsunamis en el océano viajan a grandes velocidades, pero con baja altura. Sólo cuando llegan a la costa toman mayores dimensiones. Es por eso que el sistema en que trabaja la Agencia Espacial Europea se focaliza en mediciones muy precisas, que pueden captar variaciones de hasta cinco centímetros mar adentro.
Para esto, los ingenieros han calculado que se necesita una red de al menos 10 satélites Paris que, a su vez, podrían aglutinar señales de 12 a 16 satélites GPS para obtener una cobertura global.
En febrero pasado realizaron las primeras pruebas piloto, en Holanda, donde comprobaron que las antenas de los satélites Paris que permiten captar las señales de los GPS funcionan a la perfección y permiten medir las variaciones acuáticas.
Si todo sale de acuerdo a las planificaciones, el sistema debiera estar completamente operativo en 2017.
"Hoy en día, hay muchos equipos de investigación en todo el mundo que buscan usar las señales de navegación vía satélite (GPS) con este mismo fin", explica Martín-Neira. De hecho, la Nasa también está trabajando en un sistema similar, Global Diferential GPS, que fue testeado de forma piloto en 2004, para el tsunami de Sumatra, y este año en Japón, con resultados muy certeros.